La tensión que este miércoles paralizó a Mendoza, cuando una alumna de 14 años ingresó armada y se atrincheró en una escuela, hizo recordar que en San Juan también hubo episodios que pusieron en jaque a toda la comunidad educativa.
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SUSCRIBITEEl drama vivido en Mendoza reavivó la memoria de episodios que marcaron a San Juan. Desde un estudiante que disparó contra la directora en 2011, hasta casos recientes de armas en las aulas y agresiones físicas dentro de una escuela.
La tensión que este miércoles paralizó a Mendoza, cuando una alumna de 14 años ingresó armada y se atrincheró en una escuela, hizo recordar que en San Juan también hubo episodios que pusieron en jaque a toda la comunidad educativa.
El antecedente más estremecedor ocurrió el 4 de abril de 2011 en la escuela Faustina Sarmiento Belín, en Desamparados. Esa mañana, poco después de las 9, la rutina escolar se quebró de un disparo. Un estudiante de 14 años, molesto porque no le habían permitido inscribirse, llegó decidido a vengarse de la directora. Tenía escondido entre su ropa un revólver calibre 38, un arma con la que sorprendió a todos.
El menor se dirigió hacia el patio, donde un grupo de alumnos disfrutaba de la hora libre, y desde allí apuntó a la ventana de la dirección. Del otro lado estaba la directora Mónica Soler, sentada en su escritorio, sin imaginar que en segundos su vida estaría en peligro. El estampido del disparo sacudió todo el edificio: la bala atravesó el vidrio y cayó a centímetros de donde estaba la docente. Fue un milagro que no terminara herida.
Aturdida por el estruendo, Soler salió corriendo y vio al chico huir por la galería. “Lo empecé a perseguir, aunque mis alumnas me gritaban que no lo hiciera, que me iba a matar”, relató más tarde en una entrevista. Días después se conoció que el menor había tenido incidentes previos en la institución, incluso el viernes anterior había protagonizado peleas y había sido echado por los porteros. La sospecha era que su enojo por no haber sido inscripto ese año lo llevó a planear la agresión.
El operativo policial fue inmediato: el adolescente fue reducido a pocas cuadras de la escuela y trasladado a la comisaría. Sin embargo, por su edad, no pudo enfrentar un proceso judicial y terminó siendo entregado a sus padres. El caso quedó con un final abierto, sin sanciones concretas, pero marcado en la memoria de la comunidad como uno de los momentos más oscuros vividos dentro de una institución educativa en San Juan.
Más de una década después, los sobresaltos no se detienen. En agosto pasado, en la escuela General San Martín de Jáchal, se reveló que un alumno de 11 años había llevado varias veces al aula un arma de fuego cargada, municiones y cuchillos. El caso salió a la luz gracias a sus propios compañeros, que se animaron a contar lo que ocurría a sus padres.
La denuncia encendió las alarmas en toda la comunidad, al punto de que muchos padres se negaron a enviar a sus hijos a clases y exigieron respuestas inmediatas. La investigación quedó en manos de la Justicia.
Y apenas días atrás, la violencia volvió a golpear a otra institución. En la Escuela 25 de Mayo, en Capital, lo que debía ser una reunión pedagógica derivó en una escena de golpes. La madre de una alumna de 17 años irrumpió en la secretaría y, según la denuncia, atacó a la directora con trompadas y tirones de cabello.
La propia estudiante se sumó a la agresión y ambas terminaron demoradas. La mujer fue enviada a la comisaría y la menor, derivada a un centro especializado. La directora debió recibir asistencia médica por las lesiones en el rostro y el cuero cabelludo.