En el corazón del Barrio Obrero, hay un punto que late como si tuviera alma propia. Allí, entre veredas arboladas y casas que se conocen por nombre, se abre paso un óvalo que todos en Rawson llaman, simplemente, “La Rotonda”.
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SUSCRIBITEEn el corazón del Barrio Obrero, “La Rotonda” es mucho más que una forma ovalada sobre la calle Tierra del Fuego. Nacida junto al Centro de Adiestramiento René Favaloro en 1969, este rincón se transformó en el punto más emblemático de Rawson, donde la salud, la educación y la vida cotidiana giran al mismo compás. Fotos y video: Gabriel Iturrieta.
En el corazón del Barrio Obrero, hay un punto que late como si tuviera alma propia. Allí, entre veredas arboladas y casas que se conocen por nombre, se abre paso un óvalo que todos en Rawson llaman, simplemente, “La Rotonda”.
No es una rotonda común. Tiene unos 750 metros que se extienden sobre la calle Tierra del Fuego y una forma ovalada que encierra historias, pasos y recuerdos. A su alrededor se levantan escuelas, clubes, una plaza, un centro de salud y el pulso cotidiano de un barrio que creció girando a su alrededor.
Uno de los puntos más emblemáticos es el Centro de Adiestramiento René Favaloro, conocido también como La Rotonda, un espacio que desde hace décadas sostiene la salud de miles de rawsinos. Inaugurado en diciembre de 1969, el centro se convirtió en uno de los más solicitados de toda la provincia. Por sus pasillos pasaron generaciones enteras: madres con sus hijos, abuelos buscando alivio, médicos jóvenes que hicieron allí sus primeros pasos. Hoy, con una demanda altísima, sigue siendo un faro sanitario para todo Rawson.
Su historia, sin embargo, empezó un poco antes. En los primeros años, una pequeña sala sanitaria funcionaba donde hoy se encuentra el cuartel de bomberos. De aquel humilde comienzo nació el complejo que hoy lleva el nombre de René Favaloro, símbolo de servicio y compromiso con la comunidad.
En los bordes de esta rotonda también florece la vida cotidiana. Las escuelas Gabriela Mistral, José Hernández y el ENI Nº51 acompañan el ritmo escolar de cientos de chicos que llenan las calles de mochilas y risas. En el centro, una plaza invita al descanso bajo el sol, mientras las canchas del Club CORA reúnen a los vecinos entre goles, mates y atardeceres compartidos.
“La Rotonda” es, en realidad, mucho más que una forma en el mapa. Es el corazón de un barrio que aprendió a girar en torno a la vida, a la salud, a la educación y al encuentro. Cada día, los autos la rodean, los niños la cruzan y los vecinos la reconocen como un punto que los une.
Porque en el Barrio Obrero, entre los árboles, las risas y los recuerdos, la rotonda sigue girando, marcando el pulso de Rawson y recordando que hay lugares que laten al ritmo de su gente.

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