Los investigadores policiales y judiciales que investigan el horrendo asesinato de Mario Alberto Alday siguen la pista del posible crimen por odio a la orientación sexual. En las últimas horas se conoció que el jubilado era homosexual y la línea en la que trabajan apunta a que el homicida puede ser un hombre que frecuentaba la vivienda de Villa del Carril y mantenía encuentros íntimos con él. Sin embargo, tampoco se descarta la hipótesis del robo.
Esa es la principal hipótesis que maneja el personal de la UFI Delitos Especiales en relación al asesinato del jubilado Mario Alberto Alday, de 78 años, hecho que fue descubierto el lunes último a media mañana en la casa que alquilaba en calle Estrada en Villa del Carril, Capital. El ex empleado administrativo de la Facultad de Arquitectura de la UNSJ fue encontrado atado de manos y pies y con el cuerpo quemado dentro de su habitación, la cual había sido incendiada.
No se conoció el informe completo de la autopsia, pero fuentes judiciales confirmaron que Alday murió a consecuencia de una asfixia por sofocación. Se cree que le taparon la boca con una prenda o hicieron presión con las manos sobre su nariz y la boca para obstruirle la respiración, mientras estaba maniatado. La sospecha es que, después, prendieron fuego la habitación con intenciones de borrar pruebas y encubrir el asesinato.
Los investigadores no descartan que hayan robado dinero o algún objeto de valor de la casa. Sucede que el fuego quemó la cama y gran parte de la habitación. El cadáver del jubilado se encontraba en el piso, entre la puerta y la cama. Las llamas no se propagaron por el resto de la vivienda debido a que la puerta estaba cerrada.
Antonio Vargas, el dueño de la propiedad y quien vive en el mismo terreno, fue quien se percató de la humareda y llamó a los bomberos. Fue así que entraron a la vivienda y se dieron con la espantosa escena del jubilado maniatado, quemado y muerto.
Si bien no se puede descartar la teoría del robo, los investigadores afirmaron que la principal hipótesis es la de un crimen relacionado con la vida íntima de la víctima. En ese sentido, contaron que era homosexual y por eso creen que el caso puede enmarcarse como un asesinato por odio a la condición sexual del otro. Esto es, por homofobia y por violencia contra otras personas por cuestiones de género.
En San Juan ya se han visto estos casos, donde, si bien hubo robos, predominó el odio a la condición sexual del otro. Claudio Gil, actualmente condenado a prisión perpetua, mató a tres homosexuales con quienes mantenía encuentros y también les sustrajo algunas pertenencias. El crimen jamás resuelto del enfermero Omar Alfredo Olivares, maniatado y asesinado de 19 puntazos en su casa del barrio Frondizi en Capital, en 2009, es otro caso testigo de estos crímenes contra las minorías sexuales.