La política de apertura comercial impulsada por el gobierno de Javier Milei en todos los sectores para bajar los precios domésticos también llegó al mercado del vino. Entre enero y noviembre del 2024 ingresaron a San Juan y Mendoza poco más de 4 millones de litros de vinos.
De ellos, 3 millones, es decir el 75% del total, entraron a San Juan. En realidad, la cifra de importación total entre ambas provincias es insignificante en 800 millones de litros que mueve el mercado interno de vinos.
Pero los referentes de la vitivinicultura creen que el único interés de la importación que realizan las grandes bodegas es desequilibrar el mercado local y ejercer presión sobre los precios a la baja, lo que impacta en el sustento de las familias productoras de uvas de la región.
Importación
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El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) compartió los datos de importaciones 2024 con Tiempo de San Juan, y la totalidad del vino que entró a San Juan fue a granel. El mayor ingreso se produjo en abril, con 2.054.400 litros que importó la bodega Peñaflor de vino chileno.
Fue la primera importación de vinos tras años de vigencia de las licencias no automáticas de la gestión de gobierno anterior y causó mucho revuelo en las provincias cuyanas: lo viñateros salieron con los tapones de punta. Luego en mayo entró poco más de 1 millón de litros y el mes pasado fue el último ingreso de 225.800 litros. A su vez a Mendoza ingresaron 45.629 litros de vinos fraccionados y 739.920 litros de vino a granel.
La mirada de los productores
Pablo Martín, presidente de la Mesa Vitícola:
“Es un volumen muy chico para lo que se consume y lo que se exporta en el año de vino en San Juan como Mendoza. Pero el mayor daño es la maniobra especulativa porque se generó en el momento cuando se estaba fijando el pecio de la nueva temporada, en abril, y tiró las expectativas de precio para abajo".
"El principal perjuicio de la importación fue que tal vez hayan importado a precio más caro de lo que podrían haber conseguido en plaza, pero lograron bajar los precios para todo el año, comprar uva más barata y fijar un techo después al precio del vino de traslado. Eso es lo más preocupante de toda esta importación y que me da la sensación que este año van a volver a aplicar la misma estrategia”.
“Creo que el vino importado, sea de donde sea, sigue siendo más caro que el vino del precio del mercado interno. Entonces van a utilizar estas herramientas para bajar precios o para que por lo menos no suban. Así es que eso es lo más grave del tema importaciones de este año”.
Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitinícola:
"El precio del vino se planchó desde febrero en 450/480 pesos para tintos, y 300 pesos para blancos y desde entonces se mantiene sin variaciones hasta hoy, pese a que en lo que va del año se acumuló una inflación que ronda el 80%".
“Si el precio del vino de traslado no se mueve tampoco se espera un precio superior para el kilo de uva de la próxima cosecha que el año pasado rondo los 200 pesos”.
Juan José Ramos, Asociación de Viñateros Independientes:
"En caso de mantenerse el precio del vino como está ahora, no tonificará el valor del kilo de uva para la vendimia 2025. Y así no valdrá la pena cosechar". “Estimamos que solo la cosecha y acarreo se llevara 100 pesos por kilo de uva”.