No llega aún a los 30 pirulos, pero ya cuenta con una dilatada trayectoria que, como muchos en el ambiente respaldan, lo convierte en uno de los guitarreros más cualificados y reconocidos de San Juan. Su nombre es Jonatan Vera y junto a su guitarra se ha permitido viajar por diferentes lugares de la provincia, el país y el continente, disfrutando de momentos, anécdotas, amigos y del amor.
Su pasión por la música en general y el folclore en particular lo heredó de su padre Jesús y de sus tíos quienes, desde un punto más ‘amateurista’, le transmitieron los valores de una cuyanía que profesa en cada uno de los escenarios donde le convocan.
Rondaba los 8 años cuando, apoyado por su madre Francisca Vera, se acercó a Esteban Rojas –integrante del afamado dúo Pelaitay-Rojas y padre el tanguero Claudio Rojas- para que le enseñara a tocar la guitarra. Allí dio los primeros pasos, captó las primeras indicaciones prácticas, las cuales pocos años después se asentaron en los conocimientos teóricos que la aportó la Escuela de Música que depende de la Universidad Nacional de San Juan.
La música folclórica encontró un nuevo aliado en la familia Vera Vera, pero no era el único género que se escuchaba en el hogar. Walter y Juan José, los hermanos más grandes de Jonatan, "son unos melómanos y ellos me aportaron -y me aportan- todo lo que viene del palo del rock nacional y la música internacional”.
Con la confianza que fue cosechando en presentaciones familiares e íntimas, Jonatan –sí, sin ‘h’- dio el salto a escenarios más concurridos. Dio comienzo a su trayectoria profesional, en la que se pueden encontrar por acompañarlos -o formando para como integrante-, entre otros, nombres como Susana Castro, Claudia Pirán, Peteco Carabajal, Jorge Viñas, Claudio Rojas, Néstor Basurto, Arche Trío y Alquimia Cuyana.
Sin desmerecer aquellas folclóricas salidas con sus tíos por Angaco, San Martín y Albardón, donde se empapó de los primeros gritos cuyanos mientras su "mi mamá se preocupaba porque decía que yo era chico para eso”-, los momentos más recordados y queridos a sus jóvenes –pero intensos- 28 años son las dos presentaciones como solista en Pre-Cosquín. "Fueron muy lindas, no solo porque en las dos llegué a la final como guitarrero, sino por el hermoso trato que me dieron y el saber que por ese escenario habían pasado maestros como Yupaqui, Falú y muchos otros”, evocó el hoy también encargado de la mesa de entrada en la Cámara Penal de Tribunales.
Y otra fecha que el tiempo tendrá muy complicado borrar es aquella acontecida en el ecuador de 2010, "cuando toqué en la Av. 9 de Julio de Buenos Aires por los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Fue impresionante por el lugar y por su significado”. El Congreso de la Nación, por citar otro emblema que disfrutó de sus acordes, también figura en el camino de Vera, que por estos días, enfundado en la tarea de profesor, está próximo a mostrar -con un acto de despedida de año- lo aprendido por sus alumnos en el programa ‘San Juan por la identidad’, dependiente de la Dirección de Arte y Oficios.
El dúo que forma con el percusionista Jorge Arredondo pinta su actualidad profesional, en la que cada tanto alternan grabaciones y presentaciones con otros artistas del medio local y nacional. En lo personal, el noviazgo que comparte desde 2012 con Giselle Aldeco se roba felizmente todo el protagonismo.
Guitarra Santaolalla
Jonatan Vera podrá contarles a sus descendientes que él, en una importante ocasión, le prestó la guitarra a un groso como Gustavo Santaolalla. Fue en 2012, durante un concierto en el marco del programa nacional Igualdad Cultural.
"Él estaba a punto de tocar con la orquesta Juvenil de la UNSJ, pero no había caído que no tenía su guitarra y con todo el apuro del mundo pidió una. Le pasaron unas cuantas que tenían a mano, pero ninguna le gustaba ni resultaba cómoda. La cuestión es que Fabricio Carbajal, uno de los chicos que tocaba conmigo en Alquimia, me llamó para pedirme las dos que tenía yo. Le dije que no tenía ningún drama, pero que en ese momento no tenía el auto para acercárselas, entonces agarraron una moto y como locos llegaron a casa. Santaolalla, finalmente, ese día terminó tocando con mi electroacústica”, comentó Jonatan.