Familias sanjuaninas hacen fila durante toda la madrugada para buscar un banco para sus hijos en la Secundaria.
Las largas horas de espera se repiten por estos días frente a distintas escuelas secundarias de San Juan. Desde la tarde anterior y hasta bien entrada la mañana, integrantes de familias sanjuaninas forman filas interminables con la esperanza de conseguir una vacante para sus hijos que egresaron del Nivel Primario. Termos, reposeras, mates y hasta relevos entre familiares se volvieron parte de una escena que se replica en distintos puntos de la provincia.
Una de las filas más largas de la mañana de este lunes se vio en la puerta de la Escuela Normal Sarmiento. Allí un papá relató que la espera comenzó mucho antes de que saliera el sol. “Desde ayer a la tarde hay gente acá. La primera mamá llegó a las 19. Hemos pasado frío por el viento de la madrugada y ahora, después de las 8, nos dieron las fichas que tenemos que llenar, para después ir entrando por grupo para preinscribir a los chicos”, comentó mientras aguardaba su turno.
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Por su parte, desde la institución explicaron que el procedimiento responde a una modalidad habitual. La subjefa de preceptores, María Elvira Nada, detalló que “como todos los años, los papás se acercan para preinscribir a los chicos para Primer Año. Nosotros comenzamos la semana pasada con la preinscripción de los alumnos que salieron del Nivel Primario del establecimiento. Seguimos con los hermanos de alumnos y los hijos del personal. Hoy es el único día para las preinscripciones de alumnos que vienen desde otras escuelas. Después de este proceso se sacan los promedios y se publica la lista de los ingresantes”.
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Para muchas familias, la búsqueda de una vacante implica recorrer varias escuelas y no dejar nada librado al azar. Victoria, una de las mamás que esperaba en la fila, contó la logística que tuvo que organizar para no perder su lugar. “Yo le pedí a una compañera del trabajo que viniera a hacer la fila desde las 21 de ayer y a las 7 de la mañana salí del trabajo y vine a relevarla para preinscribir a mi hija mayor. Solamente te piden la fotocopia de la última libreta, comprar la fichita que sale $1.000 y traerla”, explicó. Además, confesó que esta escuela no era su primera opción: “Este es mi plan D. Ya la anoté en la San Martín, en el Colegio de Angaco porque vivimos allá, en la EPET Nº1 de Albardón y ahora vine acá. Yo creo que en alguna tiene que entrar”.
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Daniela, otra de las madres presentes, llegó aún más temprano. “Llegué a las 2 de la mañana para preinscribir a mi hijo y ya estaba en el puesto 42. Nosotros vivimos en Rivadavia. Ya lo inscribí en la Escuela de Enología. Esta es la segunda escuela en la que lo inscribo y mañana me toca ir a la Boero, que es mi tercera opción. En alguna de las tres tiene que entrar”, dijo, reflejando la incertidumbre que atraviesan muchas familias.
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También hubo quienes llegaron desde departamentos alejados. Sebastián viajó desde Zonda y comenzó la espera a las 4:30. “Ya había 55 personas delante de mí. Hemos pasado una madrugada hermosa, entre charlas con el resto de los papás, frío por el viento, algo de agua, mates y reposeras. Hasta nos hemos hecho amigos”, relató. Con optimismo, agregó que su hijo fue abanderado y confía en que el promedio le permita conseguir una vacante. “Ya lo anotamos en la escuela de Zonda y ahora yo estoy acá y mi esposa en otra escuela”, contó.
En algunos casos, la experiencia se vuelve colectiva. Gema y Yanina, cuyos hijos son compañeros en la escuela primaria, decidieron encarar juntas la búsqueda. Llegaron a las 7 de la mañana a la Escuela Normal Sarmiento y ya tienen definido el próximo paso. “Mañana nos toca la EPET Nº5. Veremos qué pasa”, comentó Gema.
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Mientras avanzan los días de preinscripción, las historias se acumulan y muestran una realidad compartida: la de familias que recorren escuelas, hacen filas de madrugada y multiplican intentos con la esperanza de asegurar un lugar en la secundaria para sus hijos. Una carrera contra el tiempo y bajo la incertidumbre, atravesada por la expectativa de que, en alguna escuela, finalmente aparezca el tan esperado banco.