Cuando la herencia tira más que la sangre: las escalofriantes coincidencias de dos crímenes que sacudieron a sus pueblos
Disputas patrimoniales y diferencias arrastradas en el tiempo fueron la combinación letal para que estos dos casos terminaran en tragedia. El más reciente episodio tuvo lugar en Bella Vista Iglesia, mientras que el primero y años atrás ocurrió en el Médano de Oro.
La escena se repite con distintos paisajes, comunidades y otros nombres, pero con un mismo trasfondo: conflictos familiares que escalan hasta un final sangriento. Es que, aunque separados por el tiempo y la geografía, se registraron dos crímenes que guardan escalofriantes similitudes. Por un lado, en Médano de Oro, un hermano mató a otro, mientras que, en Bella Vista, Iglesia, un primo terminó con la vida de su familiar. En ambos casos, la herencia fue la motivación de la crueldad.
En 2022, el crimen de Herman “Mito” Rodríguez, ocurrido en una finca de Médano de Oro, marcó un antes y un después. El hombre, de 83 años y conocido en la zona rural, fue asesinado tras protagonizar una pelea con su propio hermano, Eliseo Rodríguez. Lo que durante años fue una disputa por cuestiones patrimoniales, terminó resolviéndose de la peor manera: con un cuerpo sin vida y una familia destruida.
El cuerpo sin vida de la víctima fue hallado en el interior de su finca y la investigación judicial dejó al descubierto -rápidamente- que no se trataba de un hecho fortuito, sino de una agresión deliberada, gestada en el seno de una relación marcada por viejos resentimientos. Si bien el caso encontró al responsable que fue condenado, hasta hoy sigue siendo noticia por las coincidencias que presenta con el último episodio, es decir, el asesinato en Iglesia.
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La víctima del Médano, Herman “Mito” Rodríguez
Tres años más tarde y a más de 150 kilómetros de distancia, ocurriría un drama similar y se cobraría una nueva vida. El hallazgo del cuerpo de Leónidas Fonseca en una acequia sacudió a la comunidad iglesiana y, en un primer momento, sembró dudas sobre las causas de su muerte. Sin embargo, las pericias forenses despejaron cualquier especulación: Fonseca había sido asesinado de una puñalada en el pecho. El principal acusado no era un desconocido ni un delincuente ocasional, sino su propio primo, Roberto Edgardo Fonseca.
Tal como reconstruyó Tiempo de San Juan, detrás del crimen también había conflictos previos, discusiones arrastradas en el tiempo y una relación familiar deteriorada. La causa avanzó rápidamente y la Justicia puso el foco en ese vínculo íntimo que terminó siendo el detonante de la tragedia. Es que entre primos no sólo existían diferencias por las tierras heredadas, sino también una infidelidad que hizo escalar el problema.
No hubo robos ni ajustes de cuentas externos. No hubo desconocidos. En Médano de Oro y en Iglesia, el enemigo estaba en la mesa familiar. Y es que las discusiones no resueltas por las víctimas y los asesinos, las disputas por bienes o decisiones del pasado se transforman en rencores difíciles de apagar. Fue por ello que Eliseo decidió asesinar a su hermano y, en teoría, Roberto habría hecho lo mismo con su primo.
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La víctima de Bella Vista, Leónidas Fonseca
A pesar de que los asesinatos tuvieron diferentes modos, pues al anciano lo mataron de un disparo y al finquero iglesiano lo ultimaron con una puñalada, el contexto fue similar. A ambos les quitaron la vida en medio de sus fincas y, presuntamente, cuando discutían con los autores, a quienes posiblemente no los creían capaces de hacerlo. Sin embargo, la sorpresa fue letal.
"Pachico", como le decían al hermano asesino, pretendía el control total de las tierras heredadas, pero las debía compartir con la víctima. Por esa razón solían discutir, porque el ejecutado se resistía a ello. Por su parte, "Muñeco", como lo conocen al supuesto autor del crimen en Iglesia, tenía recelos porque su primero se había quedado con la mejor propiedad de sus abuelos, según contextualizaron fuentes cercanas.
Al hombre que actuó sin piedad con su hermano le dieron 14 años de prisión como partícipe del homicidio (el autor principal recibió 16 años) y, antes de que pudiera cumplir con la pena y de que la sentencia quedara firme, falleció en su domicilio. Como tenía 80 años, la prisión preventiva la cumplía en su casa.
Por su parte, el sospechoso del crimen en Bella Vista y ex policía también quedó detenido en un domicilio. Curiosamente, el juez de la causa le otorgó la medida coercitiva, pese a las graves presunciones; y la edad no sería una motivación, ya que tiene 58 años.
Vínculos rotos, rencores acumulados y decisiones que marcaron un punto de no retorno fueron los motivos que desencadenaron lo peor y ambas comunidades implicadas, en las que aplica el dicho que reza "pueblo chico, infierno grande", se vieron sacudidas por el dolor. y Es que la crueldad no tuvo límites y ni la sangre compartida pudo evitar lo peor, pues la muerte llegó de la mano de un familiar.