El debate público se concentra en los cambios que la Nación impulsa en el sistema laboral, pero hay un capítulo poco visible del proyecto de modernización que se analiza a nivel nacional, que apunta de lleno al entramado productivo y la generacion de empleo: la creación del Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI).
Se trata de una herramienta fiscal inserta sobre el final del proyecto de reforma laboral, orientada a estimular nuevas inversiones y mejorar la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas. Al invertir y producir más, se busca generar mayor empleo.
El régimen es de alcance nacional y busca promover inversiones productivas, fortalecer cadenas de valor y generar empleo, tanto con capitales locales como extranjeros. En San Juan, la iniciativa fue bien recibida por el Ministerio de Producción, Trabajo e Innovación.
El titular de la cartera, Gustavo Fernández, destacó ante la consulta de Tiempo de San Juan la importancia del proyecto, al considerar que introduce instrumentos concretos que pueden favorecer la inversión real y la actividad productiva, especialmente en economías regionales donde el acceso al financiamiento sigue siendo un desafío central para las pymes. Esto redundará en mayor empleo genuino.
A quiénes está dirigido
El RIMI está dirigido a empresas que califiquen como Micro, Pequeñas y Medianas (hasta Tramo 2 inclusive). Las inversiones deberán realizarse dentro de los dos primeros años de vigencia del régimen, condición clave para acceder a los beneficios.
El objetivo es claro: reducir el costo financiero de invertir en bienes de capital y acelerar la puesta en marcha de proyectos productivos.
Dos beneficios fiscales centrales
El régimen contempla dos incentivos impositivos de alto impacto para quienes apuesten a la inversión productiva:
- Amortización acelerada en el Impuesto a las Ganancias: las inversiones en bienes muebles nuevos amortizables, afectados a actividades productivas, podrán amortizarse en apenas dos cuotas anuales, iguales y consecutivas, un plazo significativamente menor al esquema tradicional. En el caso de equipos de riego agrícola, tecnología de alta eficiencia energética y mallas antigranizo, la amortización podrá realizarse en una sola cuota.
- Devolución de créditos fiscales de IVA: el régimen habilita la devolución de los créditos fiscales generados por las inversiones productivas, que podrán solicitarse tras tres períodos fiscales mensuales desde su cómputo. Este es un punto clave para mejorar el flujo de caja de las empresas.
Qué se considera inversión productiva
El RIMI contempla inversiones destinadas a la adquisición, elaboración, fabricación o importación de bienes muebles nuevos -con exclusión expresa de automóviles- y la realización de obras vinculadas a la actividad productiva. Quedan fuera del régimen las inversiones en activos financieros, de portfolio o bienes de cambio, lo que refuerza el perfil productivo del incentivo. Los montos mínimos de inversión según el tamaño de la empresa son los siguientes:
- Microempresas: USD 150.000
- Pequeñas empresas: USD 600.000
- Medianas Tramo 1: USD 3.500.000
- Medianas Tramo 2: USD 9.000.000
Permanencia y condiciones
El régimen establece una obligación de permanencia: los bienes que generen los beneficios deberán mantenerse en el patrimonio de la empresa durante al menos dos años fiscales desde su afectación. Si se incumple esta condición, los incentivos caducan, salvo excepciones previstas como reemplazo del bien o destrucción por fuerza mayor.
En síntesis, el RIMI funciona como una herramienta fiscal diseñada para motorizar la inversión productiva, reduciendo tiempos y costos impositivos. Para muchas pymes, la combinación de devolución acelerada del IVA y amortización exprés en Ganancias puede marcar la diferencia entre postergar una inversión o concretarla. Sobre todo, en el contexto actual de márgenes de ganancia ajustados y de financiamiento limitado.