El clima estaba caldeado desde antes del inicio. El micro de Lanús fue apedreado en su llegada al estadio Nacional de Santiago, en una previa marcada por la tensión y la expectativa. En ese contexto, el Granate salió a jugar la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana y se llevó un sabor amargo: igualó 2-2 ante Universidad de Chile luego de haber estado dos veces en ventaja.
El conjunto argentino tuvo un arranque soñado. Rodrigo Castillo fue la gran figura del primer tiempo con un doblete que silenció al público chileno. Su segundo tanto fue una verdadera joya: un remate desde mitad de cancha que sorprendió al arquero y se coló en el arco azul, para poner el 2-0 parcial.
Sin embargo, el equipo trasandino reaccionó en el complemento. Primero, un blooper del arquero Nahuel Losada terminó en el descuento de Lucas Di Yorio, que aprovechó el error para devolverle la esperanza a los locales. Y cuando todo parecía cerrado, llegó la jugada más discutida de la noche: un penal sancionado en el minuto final que Charles Aránguiz transformó en el 2-2 definitivo.
El final fue caliente. La bronca por el arbitraje derivó en un fuerte cruce entre los cuerpos técnicos y jugadores de ambos equipos, sumando más tensión a una serie que ya venía cargada.
El desquite será el próximo jueves en La Fortaleza, donde Lanús buscará hacerse fuerte en casa para alcanzar la gran final del certamen continental.