En el mundo empresarial actual, una de las estructuras organizacionales que más se utiliza es aquella que divide la operación de la empresa en distintos departamentos.
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SUSCRIBITEEn el mundo empresarial actual, una de las estructuras organizacionales que más se utiliza es aquella que divide la operación de la empresa en distintos departamentos.
Estos departamentos están conformados por individuos con habilidades y aptitudes afines que trabajan en pro a un objetivo común. Por ejemplo, el departamento de ventas puede tener el objetivo de aumentar en un 20% las ventas de un determinado producto, mientras que recursos humanos tiene la meta de disminuir la tasa de rotación del personal.
Si bien esta estructura permite que los empleados trabajen por objetivos acordes a su especialidad y los agrupa según sus áreas de expertise, en ocasiones, esta configuración puede limitar la capacidad de abordar desafíos complejos desde múltiples perspectivas.
Es por esto que cada vez más empresas están optando por crear equipos interdisciplinarios, ya que estos permiten aprovechar la diversidad de conocimientos, habilidades y experiencias de diferentes áreas para abordar problemas de una forma más holística y encontrar soluciones más innovadoras y completas.
No obstante, organizar un equipo que integre diferentes disciplinas puede presentar desafíos significativos. Para esto, es importante establecer estrategias claras de comunicación y hacer uso de herramientas que permitan visualizar y estructurar las ideas de manera ordenada, como lo permite hacer un mapa conceptual.
En este artículo explicaremos cómo se puede organizar y gestionar un equipo interdisciplinario de manera efectiva, destacando las mejores prácticas y los desafíos comunes que pueden surgir en el proceso.
¡Empezemos!
En términos sencillos, un equipo interdisciplinario es un grupo de personas que cuentan con distintos tipos de experiencia y disciplinas pero que se unen para trabajar juntas para alcanzar un objetivo en común.
Como mencionamos, el objetivo principal de diseñar este tipo de equipos es poder aprovechar la diversidad de conocimientos y perspectivas para abordar problemas desde diferentes ángulos y generar soluciones más completas e innovadoras.
Formar un equipo interdisciplinario requiere superar las barreras tradicionales dentro de una organización, como la jerarquía departamental o la tendencia a trabajar en silos, y en su lugar, fomentar la colaboración horizontal y el intercambio de diversas ideas y perspectivas.
Ahora bien, organizar un equipo interdisciplinario no es simplemente juntar personas de distintas áreas y esperar que funcionen.
Para lograr un equipo eficiente, se requiere de una planificación cuidadosa y de la implementación de prácticas y herramientas específicas que ayuden a fomentar la colaboración y el intercambio de ideas.
A continuación, explicaremos algunos pasos clave para organizar y gestionar un equipo interdisciplinario de manera efectiva:
Lo primero que necesita un equipo interdisciplinario para funcionar de manera eficiente es que cada uno de sus miembros tenga muy claro cuál es el objetivo que deben alcanzar.
Esto no solo ayuda a los integrantes a alinear sus diferentes perspectivas, sino que también les permite tener una visión más clara del camino que deben seguir para alcanzar su meta, y genera un sentimiento de propósito compartido que los motiva y alinea.
Ahora bien, tener muy claros los objetivos del equipo también es útil para sus líderes, ya que les permite definir los integrantes que lo van conformar y qué rol va a desempeñar cada uno.
En general, definir el objetivo no solo alinea las acciones del equipo, sino que también fomenta un sentido de dirección y compromiso que es fundamental para el éxito conjunto.
Una vez claros los objetivos del equipo, es momento de escoger a los miembros que lo conformarán.
Al seleccionar a los miembros del equipo, es importante considerar no solo sus habilidades técnicas, sino también su capacidad para colaborar, comunicarse de manera efectiva y trabajar en un entorno interdisciplinario.
Es fundamental buscar personas que estén dispuestas a salir de su zona de confort y a aprender de otras disciplinas, así como también a compartir su propio conocimiento de manera abierta y colaborativa.
Además, es importante asegurarse de que haya una representación equitativa de diferentes áreas dentro del equipo, de manera que se pueda abordar el problema desde múltiples perspectivas y se pueda aprovechar al máximo la diversidad de conocimientos y experiencias.
Un consejo muy práctico puede ser que consideres a los mismos miembros del equipo u otras personas de la empresa qué personas creen ellos que serían ideales para integrarse al equipo, ya que ellos pueden tener una visión más amplia sobre quiénes tienen las habilidades y la aptitudes necesarias para colaborar de manera efectiva.
Una vez seleccionados los miembros del equipo, lo siguiente es definir los roles y responsabilidades de cada uno, incluyendo determinar quién será el líder del equipo.
Establecer roles y responsabilidades claras desde el principio ayuda a evitar confusiones y malentendidos más adelante, y garantiza que cada uno sepa exactamente qué se espera de ellos.
Es muy recomendable que al momento de asignar los roles, se le explique a cada uno el por qué se de fue confiado ese rol, de esta manera cada uno de los integrantes se sentirá valorado y comprometido con su función dentro del equipo.
Una vez que el equipo está formado y los roles están establecidos, es importante implementar herramientas de colaboración que faciliten el intercambio de ideas y la coordinación de tareas.
Por ejemplo, se pueden incorporar plataformas de gestión de proyectos y asignación de tareas como Trello, Asana o Jira y agendar reuniones periódicas para revisar el progreso, discutir posibles obstáculos y tomar decisiones conjuntas.
También se pueden crear grupos en aplicaciones como Slack o Microsoft Teams y carpetas compartidas donde los miembros del equipo puedan compartir documentos, archivos y recursos relevantes, todo para facilitar una comunicación y colaboración fluida entre los miembros del equipo.
En general, existen muchísimas herramientas digitales que pueden facilitar la colaboración y el trabajo en equipo. La elección de las herramientas adecuadas para tu equipo dependerá de sus necesidades y preferencias específicas.
Los mapas mentales también son una herramienta poderosa para organizar y visualizar ideas en un equipo interdisciplinario.
Estas representaciones gráficas permiten conectar conceptos de manera no lineal, lo que resulta especialmente útil cuando se trata de abordar problemas complejos que requieren un enfoque multidimensional.
Pero además, los mapas mentales también fomentan la creatividad y el pensamiento lateral, lo cual los convierte en una herramienta poderosa para ayudar en el desarrollo de soluciones innovadoras a problemas complejos.
En conclusión, para organizar un equipo de trabajo interdisciplinario eficiente se requiere de mucho más que simplemente juntar personas de diferentes áreas.
Implica definir claramente los objetivos del equipo, seleccionar a los miembros adecuados, establecer roles y responsabilidades, e implementar herramientas de colaboración efectivas.
Además de esto, es importante fomentar una cultura de colaboración, comunicación abierta y, por sobre todo, el respeto mutuo dentro del equipo.
Con estos elementos en su lugar, el equipo estará bien posicionado para abordar desafíos complejos y afrontarlos de una manera innovadora, integrada y efectiva.