Graciela Salinas tiene 48 años y un sueño incumplido. Ella deseó toda su vida tener una casa propia y pese a llevar 19 años inscripta en el IPV no ha tenido suerte de conseguirla. Actualmente, ella y su marido se encuentran desempleados y no pueden pagar el alquiler de $7.000 de la vivienda que habitan.
Esta situación cada vez más desesperante llevó a que Graciela tome una polémica decisión. Ella quiere vender uno de sus riñones a cambio de una casa propia. En diálogo exclusivo con Telesol Diario, la mujer brindó detalles de la dramática situación que atraviesa.
Graciela comentó: “Cuando tenía 45 años cerró la fábrica textil donde yo trabajaba, ahora con 48 no consigo empleo en ningún lado. Quiero trabajar y no consigo, se me hace muy difícil todo porque me han pedido que me vaya de donde estoy viviendo y no tengo otro lugar”.
La mujer comparte la vivienda con su marido, también desempleado, y sus dos hijos de 21 y 19 años. “Mi esposo trabaja en la construcción de forma independiente, lo que encuentra hace” manifestó.
“Mi familia se enojó muchísimo, todos me dicen que es mi vida, pero prefiero tener menos vida y una casa propia, a esta altura con 48 años ya no me queda tanta vida” relató al borde de las lágrimas la angustiada mujer.
Para finalizar, Gracias “No pido una casa gratis, quiero que sea mia y pagarla. La última meta que me queda es tener donde vivir. Yo doy mi riñón por una casa, si tengo que pagar diferencia, la pago“.