Amilcar Funes es el conocido boxeador que en su momento fue acusado como el responsable del crimen de Sergio Montenegro (35) ocurrido de Caucete. El hombre de oficio peluquero fue encontrado muerto en su salón de belleza el 3 de junio de 2016, y según dio a conocer la autopsia de ese momento, el peluquero fue lesionado con un cuchillo y luego se determinó que perdió la vida asfixiado con una almohada hallada en su cabeza envuelta con un cable.
Tras este macabro hallazgo, Amilcar fue señalado como el principal responsable y tuvo que esperar la decisión de la justicia tras las rejas. Pasaron 3 años hasta que el juez Maximiliano Blejman resolvió la absolución por el beneficio de la duda y de inmediato dispuso su libertad.
Pero durante esos años el boxeador pasó a presenciar en primera persona la vida de un reo. Detalles que hasta el momento permanecían anónimos pero que ahora decidió revelar en una nota exclusiva en Paren las Rotativas el pasado domingo.
En la entrevista el deportista comienza respondiendo la razón por la cual la justicia decidió privarlo de su libertad. “Yo aparezco como responsable porque compre el teléfono de la víctima. Y eso fue un error, por no devolverlo a la policía. Recuerdo que en esa época yo tenía una pelea en California y no quería problemas” contó Amilcar sobre el día donde su vida cambio para siempre. “El día anterior a lo que pasó yo estuve en mi casa porque era mi cumpleaños, estuvimos festejando hasta tarde y nunca tuve una relación de contacto con Montenegro, solo le compré el teléfono” dijo al respecto.
Pero como todos saben Amilcar fue a parar a la cárcel, y lo que sucedió en ese contexto solo era conocido por el boxeador que ahora rompió el silencio. “Sentía mucha impotencia, mucha bronca por todo el tiempo que dejaron pasar. Pasaron muchas cosas y las soporté firme entrenando ahí adentro” comienza relatando. “Estuve en un lugar donde no era muy bueno porque casi me mataron adentro del penal. Una noche me pegaron durmiendo, me apuñalaron, y eso de que uno es boxeador no tiene nada que ver porque ahí adentro la gente no pelea con las manos” afirmó.
Lo que sucede puertas adentro en las instituciones penitenciarias es un misterio para gran parte de la sociedad. La vida tras las rejas suele estar asociada a inconvenientes de jerarquías entre los reos y problemas que se resuelven con violencia. Amilcar da fe esto cuando afirma que “la vida en el penal es dura, hay mucha gente mala y mucha que tiene derecho a salir, todo es muy difícil de contar y no le deseo a nadie que pase lo que yo pase. Un día también me pegaron y me lastimaron la mano derecha, pero en general me hicieron un favor porque me la pase entrenando con la zurda” cuenta entre risas rescatando algo bueno de esa experiencia traumática.
Lo que pasó, pasó. Y por lo mismo que el boxeador relata, el proceso fue necesario para superarse dentro y fuera del cuadrilátero. “Hoy en día entreno mejor que cuando era pendejo y lo voy a dejar demostrado arriba de un ring. En la cárcel deje una enseñanza y ellos me dejaron una a mí, porque adentro hay gente que me ayudó cuando tenía ganas de bajar los brazos” cuenta. Y concluye diciendo que “Dios ahora me da una oportunidad para volver a ser campeón, yo hace 3 años que no peleo, pero me entreno para ser campeón porque de los sueños también se vive”.