Video: el pasado ferroviario transformado en un pasillo blanco de San Juan
Una galería que hoy es refugio y paseo, pero que nació sobre los rastros del viejo Tren Belgrano. La Glorieta, entre plaza España y el Rosedal, guarda historias ferroviarias, una frase bien sanjuanina y la memoria viva de un rincón que volvió a florecer en la Capital. Fotos y video: Gabriel Iturrieta.
Entre las sombras frescas del pulmón verde capitalino, hay un corredor que parece suspender el tiempo. La Glorieta se abre como una línea luminosa entre los árboles, casi un eco del tren que alguna vez atravesó estas tierras. Basta caminar sus metros silenciosos para sentir que algo de aquel San Juan ferroviario todavía respira entre sus arcos, como si cada paso despertara un recuerdo dormido.
Ubicada sobre calle San Luis, entre España y Las Heras, la Glorieta fue inaugurada en los años ’90 con un propósito claro: devolverle vida a un sector que había quedado marcado por rieles y despedidas. Allí funcionaba, décadas atrás, la báscula donde se pesaban uvas y mercaderías; un punto clave del antiguo ramal del Tren Belgrano, donde el comercio y el bullicio eran parte del paisaje cotidiano. De ese pasado también nació una de las frases más sanjuaninas -“le metieron el perro”- que, según contó el historiador Rubén Guzmán, surgió cuando algunos aprovechaban para sumar el peso de sus canes dentro de las carretas para engañar la balanza. Un guiño pícaro que aún hoy sobrevive en la memoria popular.
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Con el correr de los años, el pasillo blanco se integró al gran mosaico verde del Parque de la Capital. A pocos pasos laten el Rosedal, la Fuente de las Américas y la tradicional plaza España, conformando un corredor de frescura y paseo que invita a perderse sin apuro. La Glorieta, con su sombra constante y su aire sereno, se transformó en punto de descanso, de charla, de bicicletas que pasan y de mates que se comparten mientras la ciudad gira alrededor.
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Hoy, decenas de sanjuaninos la cruzan cada día sin saber quizás que, bajo ese techo blanco, aún vibra la historia del tren que moldeó la zona. Un rincón donde el pasado se volvió sendero, y donde el tiempo, por un instante, parece caminar más lento. Porque en la Glorieta, ese pasillo luminoso que une recuerdos y pasos, San Juan sigue encontrando maneras de conversar con su propia memoria.
Embed - Rinconcito Sanjuanino - La Glorieta del Parque de Mayo