A medida que agosto va cerrando, los sanjuaninos empezamos a escuchar una frase repetida: “Ya viene la tormenta de Santa Rosa”. Algunos la esperan con ansiedad, otros con cierto escepticismo. Pero, ¿por qué se llama así y qué tiene que ver con nuestra provincia?
La historia detrás del nombre
Santa Rosa de Lima fue una joven peruana del siglo XVII, la primera santa de América. Se dedicó a ayudar a los pobres, vivió una vida austera y se hizo conocida por su fe profunda. Según la leyenda, cuando piratas amenazaban con atacar Lima, Rosa rezó con tanta intensidad que una tormenta inesperada frustró la invasión. Desde entonces, se empezó a asociar una tormenta con la fecha de su muerte: el 30 de agosto.
Así nació el mito del "temporal de Santa Rosa", que, según la creencia popular, debe ocurrir cinco días antes o después de esa fecha.
¿Y en San Juan, pasa?
Si bien San Juan no es una provincia de lluvias frecuentes, a fines de agosto sí suelen registrarse algunos cambios en el clima: bajones de temperatura, ráfagas de viento Zonda, algunas lloviznas en la precordillera y días más nublados. No es una tormenta eléctrica tropical, pero muchas veces algo pasa.
La transición del invierno a la primavera genera movimientos de masas de aire que pueden producir inestabilidad. No es garantía de un “temporal”, pero sí se dan las condiciones para alguna sorpresa meteorológica.
¿Mito, fe o costumbre?
La ciencia dice que este fenómeno se da, en promedio, en la mitad de los años. A veces cae justo, a veces no pasa nada. Pero más allá de las estadísticas, el temporal de Santa Rosa ya es parte del calendario emocional de muchos argentinos y también de los sanjuaninos.
Una excusa más para mirar el cielo, recordar una historia antigua... y llevar el paraguas “por las dudas”.