Daniela Merlo, directora del organismo, comentó a Tiempo de San Juan que, “este número va variando mucho, pero esa es más o menos la cantidad de personas a las que se asiste actualmente a través de la modalidad ambulatoria, de centro de día y en las casas convivenciales, que son dos, una es Proyecto Juan, que es para hombres y está en Santa Lucía; y la otra, Proyecto María del Carmen, que está en Rivadavia y es para mujeres”.
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Las salidas recreativas también forman parte de las actividades con fines terapéuticos que realizan quienes están bajo tratamiento.
En ese contexto, la funcionaria contó que en este último centro hay incluso mujeres que conviven con sus hijos: “Actualmente incluso hay una abuela que tiene la tenencia de sus nietos y está en tratamiento con ellos. Tenemos familias completas por ahí en tratamiento, así que abarcamos tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Lo bueno es que, el hecho de que las mujeres puedan vivir allí con sus hijos no las limita, entonces están llegando más a pedir asistencia, porque cuesta mucho que ellas se acerquen”, contó.
Al respecto explicó: “Últimamente tenemos un gran porcentaje de mujeres. Se están animando más a pedir ayuda, a sacarse ese tabú de que la mujer no debe pedir ayuda. Por lo general, la mujer siempre acompaña al marido, acompaña al hijo, acompaña al nieto, acompaña a un vecino, acompaña a un alumno, pero nunca se pone como prioridad y nunca da a conocer lo que le pasa. Entonces, también teníamos esta problemática. Sin embargo, actualmente la casa del Proyecto María del Carmen está con el cupo completo”.
Hoy en día un 60 por ciento de las personas bajo tratamiento en San Juan son hombres y el 40 por ciento restante, mujeres.
En cuanto al modo en que las personas llegan a los centros de tratamiento, la funcionaria indicó que, hay personas que directamente se acercan a pedir ayuda; chicos a los que llevan adultos, como sus papás; y también personas que arriban por una orden judicial.
Las edades y los consumos
Sobre las edades de las personas que están bajo tratamiento por consumos problemáticos, Merlo indicó que la mayoría está en el rango de entre los 16 y 18 años, el de mayor afluencia. Sin embargo, también hay niños más pequeños.
“Hemos tenido pedidos de ayuda de parte de docentes, de chicos de 8 o 9 años. Ellos, por supuesto, no van a hacer un tratamiento residencial con nosotros, pero sí abordamos estos casos en conjunto con la Dirección de Niñez Adolescencia y Familia y se aborda de base a la familia. Para saber qué está pasando porque, por supuesto, estos casos no se dan de modo aislado. Entonces trabajamos con la familia prioritariamente. Ahí siempre salen un montón de cuestiones”, detalló la funcionaria.
Actualmente en la modalidad residencial de internación, el paciente más pequeño de la provincia es un niño de 13 años. En tanto que, el adulto de mayor edad supera los 70 años.
Sobre el tipo de drogas que más está afectando a la sociedad sanjuanina, la Directora comentó que la marihuana sigue siendo la principal, en cuanto a las ilegales. También hay personas en tratamiento por consumo de alcohol y tabaco, que son las legales. “Y ahí saltamos a lo que es la cocaína. Hay un alto índice de consumo de cocaína últimamente. Ha crecido. Incluso, antes en los adolescentes la sustancia de inicio era la marihuana, ahora estamos notando que la sustancia de inicio en muchos casos es directamente la cocaína”, comentó sobre el tema Merlo.
Al mismo tiempo, agregó: “No tenemos números concretos todavía en cuanto al aumento porque estamos en pleno desarrollo de un relevamiento con información de este año. Hemos empezado a hacer estadísticas para realizar un diagnóstico provincial, porque no teníamos un estudio de este tipo que nos permitiera saber cómo está parada la provincia. Entonces hemos arrancado a hacer un diagnóstico de todo San Juan y otro por departamentos. A través de los datos obtenidos hasta el momento hemos detectado el incremento en el consumo de cocaína. Pero sabemos que esta ola se viene dando en los últimos años”.
El funcionamiento de las instituciones y los talleres para resurgir
Actualmente, la Dirección tiene en funcionamiento en la provincia tres modalidades de tratamiento. Una es ambulatoria, en la que la persona va al turno con psicólogos y trabajadores sociales y vuelve a su domicilio. Otra es la de los centros de día, en los que los pacientes van de 8 a 13 y de los cuales hay seis distribuidos en toda la provincia. Y, por último, están las casas convivenciales, que son de modalidad internación o residencia durante las 24 horas. Las personas que viven en ellas están durante un periodo de tiempo necesario para hacer un tratamiento que les permita salir adelante.
“Es un proceso bastante largo. No es de un día para el otro y también hay retrocesos. Empieza cuando la persona llega al lugar, a la puerta y a veces se arrepiente y se va. Eso, hasta que les hace como el click y pueden dar el paso para salir del consumo. También muchas veces tiene que ver con que la gente tiene una idea errónea o información negativa sobre los centros, que en realidad no son lugares malos, al contrario, son sumamente libres, son de puertas abiertas. Todos los tratamientos son puertas abiertas, porque hay una ley de salud mental que así lo dice. Vos podés decir tranquilamente, de un día para el otro, ‘mirá, yo me quiero retirar’ y te vas. Pero muchas veces tienen miedo”, detalló Merlo.
Teniendo en cuenta esos aspectos, en promedio el tratamiento intenso de las personas dura entre 3 y 6 meses. Aunque también hay quienes necesitan más tiempo, que se mueve entre los 8 meses y el año. En este sentido, la Directora indicó: “Hay personas grandes que tienen un consumo de 20 años o más y en ese caso requieren de mucho tiempo. Necesitan tomar la decisión a conciencia. Y, en realidad, el cambio depende cada persona”.
La vida en los centros tiene diferentes aspectos que son parte del tratamiento. Más allá de las consultas y sesiones con los especialistas, que pueden incluir abordajes individuales, familiares y grupales; quienes participan de los centros de día o viven en las casas convivenciales reciben herramientas de capacitación en oficios, arte y deporte. Dentro de las capacitaciones laborales hay talleres de carpintería, panificado, corte y confección y, el último que se implementó, herrería y soldadura.
Fue en torno a este proyecto que se dio la actividad de que trascendió hace unas semanas, a través de la cual integrantes del Proyecto Juan comenzaron a crear en los talleres los adornos navideños que se colocarán en los espacios públicos de la provincia para estas fiestas de fin de año.
“Lo de la decoración surgió como una iniciativa de los chicos de la casa convivencial Proyecto Juan. Ellos producen durante la semana y los domingos, en la feria de la plaza de Santa Lucía, venden sus producciones. Tenían algunas pequeñas producciones de herrería, como el kit para el asado, parrillas y demás. El intendente –Juan José Orrego- en uno de esos paseos por el lugar, les pidió si podían hacer la decoración navideña para el departamento. Ahí surgió esta iniciativa de extender el proyecto a toda la provincia. Les encantó la idea y se entusiasmaron muchísimo. Así es que, están trabajando a full los chicos”, relató Merlo sobre la actividad.
Para cerrar añadió: “La verdad es que cada vez tenemos más actividades, porque es muy importante para ellos sentirse útiles. Muchas personas ven a estos espacios como algo negativo. Pero quienes integran en los centros están bien en ellos, tienen tareas, aprenden y logran estar bien”.