La caza en San Juan continúa generando preocupación entre las autoridades ambientales. Aunque la legislación es clara y prohíbe la caza furtiva y la comercialización de fauna silvestre, el problema persiste y se agrava con el paso del tiempo, especialmente por el tráfico interprovincial. Aves autóctonas como el benteveo, los jilgueros y las yucas se han convertido en las principales víctimas de esta práctica ilegal, que pone en jaque a la biodiversidad local.
“Nosotros nos amparamos bajo la ley que prohíbe totalmente la caza furtiva, la comercialización o la tenencia de fauna silvestre”, explicó Ezequiel Salomón, director de Conservación de la Secretaría de Ambiente de San Juan, en diálogo con Canal 13 San Juan. “Ya sea la caza furtiva; la caza deportiva, que se suele hacer con armas de fuego, como sucede con los guanacos, o la captura a través de tramperos para el mascotismo, está terminantemente prohibida por ley”.
Aves: las más buscadas y perseguidas
Las aves son, sin dudas, las especies más cazadas en la provincia y en toda la región. El interés radica en su canto. San Juan, como otras provincias del centro y noroeste argentino, enfrenta una creciente demanda ilegal de aves canoras, que son vendidas como mascotas o utilizadas en competencias clandestinas.
“Principalmente el benteveo es una de las aves más buscadas y comercializadas ilegalmente. También los jilgueros y las yucas. Todas ellas tienen un valor particular en el mercado ilegal por sus características sonoras”, detalló Salomón.
El problema se agrava aún más con el tráfico interprovincial de fauna. A San Juan llegan especies que han sido capturadas en otras provincias y trasladadas de forma ilegal por cientos de kilómetros.
El tráfico interprovincial, una amenaza en expansión
El comercio ilegal de fauna silvestre no se limita a lo que ocurre dentro de los límites sanjuaninos. Cada vez más, los operativos detectan especies que provienen de otras zonas del país. Es el caso de los cardenales que llegan desde San Luis, o los loros habladores, originarios de la región chaqueña y de Formosa, que son traídos hasta la provincia para su venta clandestina.
“Vienen cargamentos de animales que han sido extraídos de su hábitat natural”, advirtió el funcionario. Esto no solo pone en riesgo la vida de las especies en cuestión, sino que también amenaza el equilibrio de los ecosistemas y facilita la propagación de enfermedades entre animales silvestres y domésticos.
Estrategias de conservación
Ante este panorama, desde la Secretaría de Ambiente se impulsan diversas estrategias de protección. Una de las más relevantes es el Sistema Provincial de Áreas Protegidas, que busca conservar ecosistemas completos y ofrecer resguardo a las especies que habitan en ellos. “Es una estrategia que desde hace tiempo se implementa en San Juan para proteger especies que muchas veces están en peligro por el accionar del ser humano”, explicó Salomón.
Estas áreas funcionan como refugios naturales para la fauna silvestre y permiten un monitoreo más efectivo por parte de las autoridades ambientales y de conservación.
Al mismo tiempo, desde la Secretaría de Ambiente recordaron que la caza furtiva representa una seria amenaza para la biodiversidad de San Juan. Por eso, convocan a la comunidad a ser parte activa en la protección de la flora y la fauna de la provincia. Quienes detecten actividades sospechosas relacionadas con la caza o el comercio ilegal de fauna silvestre pueden realizar denuncias de manera anónima al 264-4305057, número habilitado por la Dirección de Conservación.