El concejal que representa a Hacemos por San Juan, Horacio Lucero, presentó en el Concejo Deliberante de la Capital un proyecto para regular los “grow shops”, es decir, los comercios destinados al asesoramiento y venta de insumos para el cultivo de cannabis. La medida propone prohibir su instalación a menos de 400 metros de cualquier institución educativa, pública o privada, midiendo esta distancia en línea recta desde el perímetro escolar hasta el local. También se establece la prohibición de ingreso y venta a menores de edad, exigiendo la verificación del DNI. Además, se prohíbe la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en estos comercios, así como la comercialización de productos que no estén directamente relacionados con el cultivo de cannabis.
En este marco, los dueños de tres de los grow más reconocidos de la capital sanjuanina hicieron un análisis y salieron a responder la propuesta de Lucero. Como primera medida y de manera generalizada, mostraron un descreimiento de la correcta aplicación de esta ley, dado que entienden que no están comercializando nada que propicie el consumo en menores de edad.
Octavio Echegaray, dueño de un reconocido comercio capitalino, manifestó que, según su perspectiva, es una medida que no modificará el acceso o no de los jóvenes a la marihuana. “Están atentando contra la actividad comercial de muchísimas personas. Es un poco el paradigma que se vuelve a poner a la mesa, el del prohibicionismo. Esto que quieren hacer de alejar los grow shops a 400 metros de las escuelas, ¿qué quieren lograr? Si queres hacer que un pibe no consuma, tenés que educar, regular con verdaderas políticas. Parece que estamos en la época de las cavernas”, apuntó duramente.
Por su parte, Juan Meglioli, dueño de Ulu Wattu, planteó que entiende que no alienta el consumo y la venta de marihuana, sino que simplemente tiene en disponibilidad productos que se venden en cualquier otro comercio como viveros. “Nunca ha venido un menor a querer comprarme ni insumos ni nada. De todos modos, yo no permito el ingreso a nadie menor de edad. Simplemente vendo los insumos como los puede vender el Easy o cualquier vivero. Si vamos a la justa, no podría haber un cajero automático enfrente de un casino”, dijo.
Finalmente, Emanuel García, propietario de Cikar, dudó de cómo se aplicaría la distancia de los 400 metros para los comercios que están vigentes, y agregó que “no tiene sentido, porque cualquiera puede comprar los mismos productos entrando en Mercado Libre, porque es totalmente legal”.
Mientras se arma revuelo respecto a la iniciativa, lo cierto es que aún el proyecto está en comisiones esperando a ser tratado. Sin embargo, se contextualiza dentro de un plan de regularización que está llevando adelante el Municipio de la Capital, que comenzó con el desplazamiento de los manteros del Parque de Mayo y de los carros pancheros.