El costo de vida en Argentina se recalentó en noviembre con las Canastas Básicas, que definen los niveles de indigencia y pobreza, registrando sus mayores subas desde marzo, superando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general. El Instituto Nacional de Censos y Estadísticas (Indec) informó que la inflación general de noviembre fue del 2,5%. Sin embargo, los ingresos requeridos para no ser pobre o indigente escalaron a un ritmo mucho más acelerado.
La Canasta Alimentaria (indigencia) con un salto de 4,1%
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el ingreso necesario para que una familia no caiga en la indigencia, experimentó un salto del 4,1% en noviembre. Este incremento se ubicó claramente por encima de la inflación general del mes (2,5%).
De acuerdo con el Indec, para no ser considerada indigente, una familia tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) necesitó ingresar un mínimo de $566.364 en noviembre. En términos interanuales, la CBA acumuló un alza del 28,9%.
La suba de la CBA estuvo fuertemente impulsada por los aumentos en el rubro Alimentos y Bebidas No Alcohólicas (2,8%), destacándose fundamentalmente el precio de las carnes.
Canasta Básica total (pobreza): Más de $1,2 millones para una familia tipo
En cuanto a la Canasta Básica Total (CBT), el umbral utilizado para medir la pobreza, el aumento mensual fue del 3,6% con respecto a octubre. Al igual que la CBA, esta cifra supuso un incremento superior al registrado por el IPC (2,5%).
Como resultado, una familia de cuatro integrantes (un varón de 35 años, una mujer de 31, y dos hijos menores de edad) requirió ingresos por $1.257.329 para evitar caer en la pobreza en el anteúltimo mes del año.
En lo que va del año 2025, la CBT acumula un aumento del 22,7%, mientras que la CBA ya trepó un 26,1%.
La contradicción entre el costo de vida y el discurso oficial
Estos datos de aumento en los costos mínimos para subsistir ponen en tensión el discurso del gobierno respecto a la lucha contra la marginalidad. Recientemente, el Gobierno celebró una nueva baja en el índice de pobreza, asegurando que 3,2 millones de personas salieron de la indigencia durante el último año y que el índice de pobreza se ubicó en 31,6%.
Sin embargo, a pesar de las celebraciones por la supuesta reducción de la pobreza e indigencia, los umbrales de ingresos necesarios para no ser pobre o indigente continúan escalando fuertemente cada mes, especialmente la Canasta Alimentaria, que superó la inflación. Este desfase implica que si bien la medición oficial podría mostrar menos pobres o indigentes en términos porcentuales, los ingresos reales que las familias necesitan para mantenerse a flote se incrementan a un ritmo que supera la capacidad adquisitiva general del período.