Guillermo Baigorrí asumió de manera oficial al frente de la Fiscalía General y ello representó un acontecimiento histórico en la justicia sanjuanina, después de 32 años. Su llegada al Ministerio Público hizo presumir una impronta distinta en la conducción, dadas las promesas de planificación a largo plazo, con políticas criminales claras, y -tal parece- el cambio ya inició aunque hasta el momento no hubo decisiones trascendentales.
Es que, a una semana de su desembarco, fuentes judiciales indicaron que los trabajos de comunicación y alineamiento institucional comenzaron con una reunión inicial con fiscales del Tribunal de Impugnación y fiscales coordinadores, tal como lo había adelantado el propio Baigorrí el día que juró ante la Corte de Justicia.
En ese momento, el nuevo Fiscal General aseguró que lo que motivó la salida de los supervisores de las unidades fiscales fue -justamente- eliminar todo tipo de intermediarios en la comunicación con cada una de las UFIs. Los cuatro hombres que eran del riñón de 'Jimmy' supieron que no serían tenidos en cuenta por el nuevo Fiscal General y, por tal razón, presentaron su renuncia un día antes de la asunción tras encontrar asilo en la Corte.
Si bien poco trascendió de ese encuentro, se supo que existió una presentación de lineamientos generales del nuevo funcionamiento del Ministerio Público. Allí, en busca de un diagnóstico y de un cuadro de situación de cada UFI, Baigorrí solicitó informes particulares y estadísticas actualizadas sobre el desempeño de las unidades de trabajo.
Esa reunión se habría dado el mismo miércoles que asumió, por lo que ya estarían en sus manos los datos oficiales de las unidades fiscales. Por ahora, todo es materia de estudio. Tras el relevamiento, el trabajo de campo de análisis y de generación de conclusiones estaría en desarrollo por estos días. El objetivo principal, acorde manifestaron las fuentes, sería ejecutar un seguimiento personalizado a cada UFI.
Es por esa razón que el equipo comandado por el ex asesor jurídico de la Corte, Héctor Fabián Meló, visitó en los últimos días las UFI, con la meta de interiorizarse sobre algunos requerimientos de funcionamiento. Luego, según señalaron las fuentes, está previsto que la próxima semana se lleven adelante encuentros diferenciados con cada unidad en vistas de ajustar la gestión, lo mismo que las políticas.
Es por ello que, al consultar con segundas y terceras líneas de las fiscalías, reina la incertidumbre por estas horas. Aún no le conocen la cara (en persona) al Fiscal General, lo que quizás se de en esos encuentros más íntimos programados antes de fin de año.
Meló fue designado junto a Jorge Albarracín y Rodrigo Zabaleta, como hombres de confianza de Baigorrí y expertos en materia penal. A ellos se sumaron dos mujeres que integran el círculo cercano del nuevo Jefe, Julieta Mercado y Sandra Gutiérrez.
El primer gran cambio se registró previo a la llegada de Baigorrí, con la renuncia de Rolando Lozano, Fernando Rahmé, Federico Ozollo y Andrés Noguera. Sus oficinas, que eran las más cercanas del despacho que durante tantos años ocupó Quattropani, fueron desocupadas y se estima que habrían quedado a disposición del nuevo personal.
El miércoles 19 de noviembre, el hombre que se define como un constitucionalista de ley juró y tomó las riendas de la Fiscalía General. Con un estilo dialoguista y con ánimos de mejorar la imagen del MPF, Baigorrí anticipó que si bien no haría cambios estructurales que afecten en el normal desempeño de los fiscales, sus intenciones eran acercar la Fiscalía a la gente.