Tal como hace cotidianamente, el pasado viernes, Ariel Muñoz salió de su casa en su auto Peugeot 504 para entregar un trabajo que había hecho en su metalúrgica. Pero cuando circulaba por una zona de Chimbas, el vehículo le jugó una mala pasada y dejó de funcionar. Apurado ante la situación, buscó el taller más cercano y dejó el vehículo. Tras revisarlo, le pidieron dinero para comprar los repuestos y le dijeron que lo buscara al día siguiente. El sábado, cuando fue a retirarlo, descubrió que el vehículo no estaba. Entonces, inició una travesía para hallarlo. Finalmente lo encontró, pero desvalijado.
Todo comenzó sobre Avenida Benavidez, donde el auto se descompuso. Ariel empezó a caminar por la zona y encontró el taller de electricidad del automotor a unos pasos de calle Mendoza. Allí consultó y, como le recibían el auto en el momento, lo dejó.
Por la tarde noche, el mecánico se comunicó con él y le pidió $100.000 para los repuestos, al mismo tiempo, le dijo que se acercara al otro día, alrededor de las 9, a buscar su auto. El dueño del vehículo siguió las instrucciones, pero cuando fue a buscar su vehículo, no estaba en el lugar, relató el hombre a Tiempo de San Juan.
Ante la situación, Ariel se acercó a la Policía de la zona para hacer la denuncia pero, según afirmó, le dijeron que lo que tenía que hacer era enviar una carta documento por correo intimando al mecánico, porque no se trataba de un robo, sino de una sustracción. Preocupado, con ayuda de sus familiares, el hombre decidió entonces difundir imágenes del auto y pedir ayuda para localizarlo, a través de las redes sociales.
“Ahí empezó el peregrinar. Con mi hijo y mi cuñado anduvimos por Chimbas, Rivadavia, Rawson, buscando los lugares que nos iba indicando la gente, pero no teníamos suerte”, comentó el hombre.
Finalmente, después de ofrecer una recompensa de $100.000 por información certera, Ariel y sus familiares fueron guiados hasta una vivienda del barrio Centenario, donde terminaron encontrando el auto. “Yo le había puesto cubiertas nuevas hace menos de un mes y ya se las habían sacado y le habían puesto unas viejas. Además tuve que romper el tambor de la llave y faltaban herramientas y cuatro acolchados que había en su interior”, aseguró la víctima, quien agregó que al responsable del hecho nunca se lo cruzaron porque se dio a la fuga.
“Nuestra intención ahora es hacer público lo que nos pasó para que no le pase a nadie más. Lo que nosotros vivimos el sábado buscando el auto fue desesperante. Yo estaba muy apurado por el trabajo, porque me había comprometido a entregar las cosas y sin el auto no podía cumplir. A lo que perdí ya no lo voy a recuperar, pero espero que nadie más pase por esto”, sostuvo Ariel.