El robo contra el colegio parroquial de Media Agua tuvo un final jamás imaginado. Y es que las autoridades denunciaron la sustracción de mercadería del depósito del establecimiento, pero lo extraño fue que no había signos de violencia. Lo que no esperaban las autoridades escolares era que las cámaras de seguridad de la escuela les darían una sorpresa: los supuestos ladrones eran los mismos porteros de la institución.
El hecho delictivo tuvo como blanco el Colegio Parroquial San Antonio de Padua y sucedió días atrás. María Gladine, la representante legal del colegio, fue la encargada de radicar la denuncia en la Comisaría 8ª. En su relato aseguró que tomaron conocimiento del robo el 26 de agosto último y en esa ocasión el director advirtió el faltante de mercadería del depósito de la institución, ubicada en calle M. López, frente a la plaza departamental de Sarmiento. Lo llamativo fue que ni puertas ni ventanas habían sido forzadas.
El misterio se resolvería al revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad ubicadas dentro del mismo predio escolar. En esas imágenes se veía a dos hombres cargando la mercadería, sin que nada les impidiera el paso. Lo sorprendente fue cuando reconocieron a esas personas: no eran intrusos, los supuestos autores eran dos empleados que cumplían funciones de porteros.
Fuentes judiciales contaron que la denunciante también aportó las grabaciones y las identidades de los sospechosos, aunque por el momento se manejan con reserva. Ambos quedaron bajo la lupa de la UFI Delitos contra la Propiedad, que tomó la investigación y ordenó medidas para esclarecer la maniobra. Lo que no trascendió es si los acusados fueron detenidos o separados de sus funciones mientras avanza la causa.
El martes último TIEMPO DE SAN JUAN contó sobre otro hecho delictivo perpetrado contra una escuela religiosa. Ese día entraron al Colegio Parroquial Santa Bárbara, en Villa Aberastain, Pocito, y robaron 2.300.000 pesos de la oficina administrativa del establecimiento. Ese dinero correspondía a la recaudación del festival que habían realizado semanas atrás los docentes y los padres con el fin de reunir fondos para insumos y obras en la escuela.