El súbito vaciamiento de cuentas de inversores en La Plata reveló una estafa digital basada en redes sociales, plataformas online y promesas de ganancias fáciles. Lo que se presentó como una alternativa confiable resultó en un esquema piramidal que dejó pérdidas por más de 250.000 dólares.
Cómo operaba el sistema
La primera denuncia fue presentada por un abogado, quien aseguró haber perdido casi todos sus ahorros: unos 5.000 dólares. En un inicio, su cuenta mostraba ganancias, pero poco después el dinero desapareció.
Los estafadores difundían una aplicación que ofrecía "inversiones automatizadas con tecnología avanzada". Al inicio, las cuentas arrojaban saldos positivos, lo que reforzaba la confianza y alentaba a traer más gente. Pero el negocio no se financiaba con rendimientos reales: sobrevivía gracias al aporte constante de los recién llegados.
Los organizadores usaban grupos de WhatsApp y Telegram para compartir supuestos consejos financieros y reforzar la idea de pertenecer a una comunidad selecta. En paralelo, desplegaron una intensa campaña en redes sociales, con imágenes de autos de lujo, viajes y un estilo de vida ostentoso, que sirvió como anzuelo para atraer a cientos de personas.
La caída del entramado y otro caso de esquema Ponzi en la ciudad
La estafa quedó en evidencia cuando, de un día para otro, los fondos desaparecieron de todas las cuentas. La Justicia avanzó con una causa por "estafa reiterada y asociación ilícita", respaldada en capturas de pantalla, conversaciones y posteos que documentan cómo funcionaba este esquema.
En simultáneo con este caso, a fines de julio la Justicia detuvo en La Plata a un individuo acusado de liderar otro esquema Ponzi. Su maniobra dejó a más de 30 víctimas sin los ahorros que habían invertido.
El sospechoso, identificado como O.P., se hacía pasar por responsable de una financiera y prometía rendimientos mensuales muy por encima de los que ofrecían los bancos. Conforme el expediente, no tenía autorización del Banco Central y usaba el dinero de los nuevos clientes para pagarle a los más antiguos.
El fraude salió a la luz cuando dejó de abonar las supuestas ganancias y se negó a devolver el capital invertido. La investigación reveló además que, al ser descubierto, fue filmado trasladando una caja fuerte con ayuda de una empresa de mudanzas. Ese registro, junto con sus intercambios de WhatsApp con las víctimas, se incorporó como prueba.