El Gobierno sanjuanino impulsa una reforma profunda del sistema de transporte para atraer inversiones y preparar a la Red Tulum para el futuro. La iniciativa, aunque ahora está en stand by, propone limitar la concentración empresarial e integrar las apps de movilidad junto a la de los taxis y remises, entre otras cosas.
Pero justamente entre los múltiples cambios que impulsa el Gobierno de San Juan con la modificación de la ley de transporte, uno que llamó también la atención es la intención de incorporar líneas de colectivos “experimentales” dentro de la Red Tulum.
Según explicó el secretario de Tránsito y Transporte, Marcelo Molina; la idea es abrir la puerta a inversiones en sistemas de transporte innovadores -desde colectivos eléctricos o con alguna tecnología diferente, hasta monorrieles y vehículos autónomos- lo que convertiría a la provincia en un terreno de prueba para nuevas tecnologías.
Molina dijo que esta figura busca “dar apertura y amplitud” a inversores y especialistas del sector para que puedan probar en San Juan modelos que ya funcionan en otras partes del mundo.
Proyecto en stand by
El proyecto para la nueva Ley de Transporte está frenado momentáneamente por el gobierno, luego de las protestas de taxistas y remiseros, y se buscará que su tratamiento legislativo tenga mayores consensos. Pero se prevé que el debate retome fuerza luego de las elecciones del 26 de octubre.
La idea oficial respecto a los colectivos es modernizar la Red Tulum y fomentar la competencia. Entre sus ejes principales se destaca la reducción del tope de participación de mercado de las empresas: quieren bajarlo del 30% actual al 15%, pero esto recién cuando venzan las actuales concesiones en el 2030.
Líneas experimentales, de inmediato
Por el contrario, la iniciativa de incorporar líneas de colectivos experimentales sería de aplicación inmediata, apenas se sancione la nueva ley. Y estaría abierta no solo a inversores foráneos, sino incluso a las empresas que actualmente tienen concesionadas líneas de transporte público.
Según Molina, se trata de servicios “diferentes al colectivo tradicional” que podrían operar con energías alternativas (eléctrica, híbrida, a gas o biocombustible) o bajo una modalidad distinta, como un tranvía urbano o un tren ligero entre localidades.
“El espíritu es dejar la ley abierta, sin encasillar un tipo de transporte en particular, de modo que el marco normativo pueda adaptarse al avance tecnológico”, detalló el funcionario.
Molina mencionó ejemplos de lo que podría llegar: vehículos autónomos sin conductor, monorrieles elevados, trenes livianos San Juan–Caucete, colectivos a biocombustible reciclado de residuos o incluso drones de transporte.
La meta, dijo, es “no frenar el futuro” y también estimular a las empresas actuales a innovar, permitiendo que los nuevos proyectos convivan con el sistema existente.