La campaña olivícola del 2025 en San Juan estuvo marcada por un volúmen de producción menor y una fuerte caída en los precios internacionales y costos en alza lo que ha generado un escenario desafiante para los productores de aceituna y aceite.
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SUSCRIBITEGolpeada por el clima, la cosecha de aceituna en San Juan fue reducida. Se sumaron los precios bajos y los costos en alza. La contracara: calidad y expansión.
La campaña olivícola del 2025 en San Juan estuvo marcada por un volúmen de producción menor y una fuerte caída en los precios internacionales y costos en alza lo que ha generado un escenario desafiante para los productores de aceituna y aceite.
Pero, en medio de las dificultades, la provincia volvió a demostrar que se ha consolidado como líder nacional en producción y exportación de aceite de oliva extra virgen, por su calidad.
La cosecha sanjuanina cerró con un total de 80 millones de kilos de aceitunas, una cifra sensiblemente inferior a los 110 millones del año anterior. De ese total, 72 millones de kilos se destinaron a la producción de aceite y 8 millones a aceituna de mesa.
El presidente de la Cámara Olivícola de San Juan, Gonzalo Lenzano, definió el ciclo como “un año muy, muy complejo, muy difícil”, en el que los accidentes climáticos tuvieron un papel determinante. En total, se contabilizaron nueve episodios climáticos adversos, entre heladas tardías, granizo y olas de calor que afectaron los cultivos.
“Hay muchos productores que perdieron, si no el 100% de la cosecha, gran parte. Hubo fincas con pérdidas que superaron el 90%”, explicó Lenzano, subrayando que la situación es crítica porque los productores deben afrontar los costos de dos campañas: la actual y la siguiente, “hasta sacar la otra cosecha”.
Más allá de la baja en el volumen, el principal dolor de cabeza este año fueron los precios. Mientras la aceituna de mesa logró sostenerse e incluso subir en algunos casos, la aceituna aceitera -la principal producción en San Juan- no corrió con esa suerte por el derrumbe del valor internacional del aceite.
Todo indica que este año el precio seguirá la tendencia bajista del 2024: El año pasado la tonelada de aceite se pagó alrededor de U$S 4.100, cuando el año anterior había superado los U$S 8.000. En el caso de la fruta, la diferencia fue aún más marcada: antes se cotizaba a 1,04/1,05 dólares por kilo, mientras que este año se ubicó en una franja de 0,45 a 0,60 dólares.
A esta caída de ingresos se suman costos crecientes en dólares, especialmente en la cosecha manual, lo que genera una situación financieramente muy ajustada para los productores.
En medio de este panorama, la buena noticia viene de la mano de la calidad del aceite de oliva extra virgen sanjuanino, que sigue siendo reconocida en mercados exigentes como Estados Unidos, Brasil y Europa.
“El aceite sanjuanino se mantiene competitivo porque su calidad es excelente. Eso abre puertas incluso en un año difícil como este”, remarcaron en el sector.
Además, San Juan no frena su expansión: actualmente cuenta con unas 15.000 hectáreas de olivos implantados, y se proyecta llegar a 18.000 hacia 2026/27 con los nuevos proyectos en marcha. Cabe recordar que un olivo tarda aproximadamente cinco años en entrar en plena producción, lo que marca un horizonte de crecimiento sostenido.
La provincia se consolidó como la principal productora y exportadora argentina de aceite de oliva extra virgen desde 2019, representando más del 30% de las exportaciones argentinas. En lo que va del año, las exportaciones están en caída lógica debido a la menor producción local: en el primer semestre 2025 cayó casi 54% el volumen de aceite exportado respecto al 2024, mientras que las aceitunas conservadas mermaron un 74%, segun datos de la Cámara de Comercio Exterior de San Juan.
Entre las variedades más cultivadas se destacan la Arbequina, acompañada por otras como Arauco, Changlot y Coratina. La producción se concentra en departamentos como Sarmiento, Pocito, 25 de Mayo y Caucete, y se procesa en la fábrica más grande del país, ubicada en la provincia.
Pero el olivo en San Juan es mucho más que una actividad económica: es parte de su identidad cultural. Desde 2010, la provincia celebra Argoliva, el evento olivícola internacional más relevante de América Latina, y promueve la Ruta del Olivo, un recorrido turístico que conecta al visitante con fincas, productores y saberes transmitidos de generación en generación. Este año, aunque Argoliva hizo una pausa, San Juan recibe por primera vez como sede al prestigioso concurso mundial Mario Solinas, que ha traído a la provincia a los referentes más importantes del aceite de oliva a nivel global.
De esta forma, aunque la campaña olivícola 2024/2025 quedará en la memoria de los productores por su dureza -menor cosecha, precios bajos y costos crecientes-, el sector no está dispuesto a bajar los brazos y consolidar a San Juan como la capital del aceite de oliva argentino.