La reciente noticia sobre la construcción de dos parques solares en el departamento Sarmiento, con una inversión millonaria de empresarios sanjuaninos generó gran expectativa en San Juan. Es que con unos 50 millones de dólares entre ambos se constituían en una de las inversiones energéticas más grandes de los últimos años en San Juan.
No obstante, una investigación más profunda de Tiempo de San Juan reveló que el verdadero negocio detrás de estos proyectos, cuando están listos con Declaración de Impacto Ambiental, es distinto: se trata de un modelo de “llave en mano”, similar al de las empresas mineras “junior”, que desarrollan los permisos y luego buscan un comprador final.
En otras palabras, son un modelo de negocio que multiplica el valor de los terrenos con permisos ambientales, pero que dependerá de grandes jugadores energéticos para concretarse, tomar trabajadores y realmente empezar a producir electricidad.
Quiénes figuran en los papeles
De acuerdo con lo informado desde la Secretaría de Estado de Ambiente, que esta semana llevó a cabo la audiencia pública para otorgar la Declaración de Impacto Ambiental, los responsables de los proyectos millonarios de parques solares en Sarmiento son los siguientes. Para el Parque San Fernando: Sergio Salinas De Vita y Daniel Gimeno. Para el Parque San Roberto: Nahuel Gutiérrez Bagni y María Alejandra García Moral.
Sin embargo, TSJ confirmó que estos nombres no corresponden a los inversores definitivos. Son, en realidad, representantes de las sociedades creadas para dar forma a los proyectos que ahora salen en busca de inversores.
El modelo de negocio “llave en mano”
El modelo de negocio detrás de San Fernando y San Roberto se asemeja a las empresas "junior" en la minería. El proceso implica una estrategia bien definida que tiene los siguientes pasos:
- Compra del terreno: la elección de una buena ubicación es clave. En este caso de los dos parques solares anunciados, el terreno se encuentra detrás de la Estación Transformadora (ET) de Media Agua, un punto estratégico.
- Creación de sociedades y trámites: se constituyen las firmas San Fernando y San Roberto y se avanza en toda la burocracia de permisos necesaria.
- Obtención de la DIA: el proyecto logra la habilitación ambiental, que multiplica el valor del terreno.
- Venta al mejor postor: con los permisos en regla, se ofrece como un paquete “llave en mano”.
Uno de los representantes de los desarrolladores dijo a TSJ: “Nosotros vamos a vender el proyecto”. Así, los verdaderos inversores serán los compradores finales, quienes deberán desembolsar los 50 millones de dólares anunciados y colocar los paneles solares para iniciar la generación y comercialización de energía.
¿Inversión energética o proyecto inmobiliario?
Aunque hasta ahora no se conocía la existencia de este modelo de negocio con los parques solares, altas fuentes del sector fotovoltaico confirmaron que últimamente son moneda corriente en San Juan.
En muchos casos, estos desarrollos funcionan más como un negocio inmobiliario que como un emprendimiento energético concreto. Y hasta brindaron datos llamativos: en San Juan existen más de 2.000 megavatios en proyectos con DIA aprobada, pero que nunca llegaron a construirse.
Limitación de la red eléctrica
Además, existe otro gran cuello de botella y es la capacidad de transporte eléctrico. Tal como publicó TSJ en junio pasado, la provincia está al límite de evacuación de energía, lo que complica nuevas incorporaciones al sistema.
Además, como la mayor demanda energética en San Juan ocurre de noche, los parques solares que se proyecten sin almacenamiento en baterías (hasta ahora ningún proyecto sanjuanino fotovoltaico prevé el uso de baterías de almacenamiento) no tienen prioridad de despacho en el mercado mayorista (CAMMESA). Eso revela entonces que se trata de negocios a futuro, cuando todos estos frenos se soluciones.
La apuesta por Sarmiento
Los desarrolladores de San Fernando y San Roberto sostienen que la ubicación es privilegiada. Si bien la Estación Transformadora de Media Agua podría estar saturada y requerir ampliaciones, la expectativa es que la zona demande más energía en el mediano y largo plazo.
El crecimiento agroindustrial (pistachos y olivos), la actividad calera, la minería y el futuro corredor vial hacia Chile hacen prever que el Estado y/o los privados (grandes mineras) deberán invertir en reforzar la infraestructura eléctrica de Sarmiento.