Aquel que podía ahorrar durante el último año y medio siempre se encontraba con la misma propuesta: comprar bonos nacionales o ponerlo en un plazo fijo, que eran dos de las metodologías que más beneficios daban y en menor tiempo, gracias a las altas tasas de interés que se pagaban. Ahora ese modelo quedó ensombrecido por los últimos movimientos políticos y económicos, que ponen en duda si el sistema financiero es esa “caja segura” que antes se promocionaba.
Tras el anuncio nacional de un cepo cambiario y el miedo a alguna forma de restricción de uso del dinero, el “ladrillo”, como se conoce al mercado inmobiliario. En San Juan, donde el mercado no está dolarizado y la mayoría de las transacciones se hacen en pesos según la Cámara, esto se convirtió en un repunte inesperado del sector.
Mauricio Turell, presidente de la institución que nuclea a los inmobiliarios, explicó que en los dos primeros días de esta semana se produjo una “rotunda mejora”. Esto se vio reflejado sobre todo en la cantidad de consultas, que pasaron a dos o tres por semana a “tres sólo en la mañana del lunes”.
Según explicó, muchos de los que asisten a las oficinas son ahorristas que “tienen miedo de la bicicleta financiera y quieren sacar la plata de plazos fijos o bonos” con bastante urgencia. Si bien no pueden calcular cuánto dinero es el que migraría, dio como referencia que las consultas son en su mayoría por “departamentos de 1.8 millones de pesos hasta casas de 3 millones de pesos”. La mayoría buscan lugares de un dormitorio en el microcentro o casas de dos habitaciones en zonas un poco más alejadas para adquirir.
Turell dijo que están esperando que todas estas consultas se conviertan en transacciones que remonten la situación del sector, que estaba muy lenta en ventas de inmuebles en la provincia.
Los alquileres, sin respiro
Del otro lado de la vereda, para los que se dedican a alquilar viviendas no hay ningún alivio en vista. Según Mauricio Turell, desde hace tiempo tanto locatarios como locadores terminan negociando por debajo de las expectativas y con condiciones cada vez más difíciles.
El problema de base es que la mayoría de los que alquilan en la provincia son asalariados, que han perdido un 50% del poder adquisitivo en los últimos meses. Muchos sanjuaninos han migrado de zonas céntricas a otras más alejadas para poder evitar los precios más altos de los contratos. Además ahora buscan zonas cercanas a los lugares de trabajo sólo si hay dos ingresos en la familia, en caso contrario, eligen zonas apartadas, ya que en las zonas céntricas o con alto nivel poblacional y mayoría de departamentos, los costos de expensas se convierten en un peso enorme para la economía familiar.
“Las renovaciones de los contratos ahora se hacen según lo que puede pagar el locatario y no de acuerdo a la inflación”, explicó Turell, quien agregó que lo que buscan los dueños de las viviendas en muchos es mantener a los buenos inquilinos antes que mantener el nivel de ingreso. Esto se traduce en aumentos del 12 a 15% semestral.
El mercado ha cambiado profundamente en los últimos tres años. “Los alquileres en San Juan siempre tuvieron una rentabilidad de 1.2, mientras que ahora es sólo del 0.35%, un índice mucho menor”, explicó el titular de la cámara. Esto significa que mientras históricamente la cuota de un alquiler rondaba el 1% del valor del inmueble, ahora es sólo del 0.35%, por lo tanto la ganancia histórica se redujo mucho.