Fue una reunión clave entre el propietario de la fábrica de galletitas Tía Maruca y representantes del Gobierno Provincial. El dueño de la compañía aseguró que quiere pagar las deudas. De igual modo solicitó el proceso preventivo de crisis para tener un tiempo para reordenarse, según dijeron. Al mismo tiempo, en el encuentro aseguró que la intención es conservar los puestos de trabajo y también pagar lo que adeuda. En la reunión el propietario reafirmó la intención de quedarse con la planta y seguir produciendo en San Juan.
La fábrica de galletitas Tía Maruca, ubicada en Albardón, solicitó la apertura de su concurso preventivo. Lo hizo luego de no haber logrado regularizar su complicada situación financiera, forzada por la grave situación económica que atraviesa el país. En San Juan tiene su sede y planta principal, por lo que la apertura de su concurso preventivo la realizó en los tribunales de la provincia. El objetivo será poder comenzar una etapa de reestructuración de su deuda, cuyo monto es de casi $300 millones.
Según los registros del Banco central, la compañía presentaba en julio pasado un complicado panorama con una deuda bancaria de $133,7 millones. Según indicó el portal iProfesional, “el 12% de esa deuda (poco más de $15,6 millones) está en situación 3 con problemas/riesgo moderado, y el 4% ($5 millones) está en situación 5 con alto riesgo de insolvencia/riesgo alto”.
Además, ya el panorama se avizoraba realmente complicado con 500 cheques rechazados por un total de $117,8 millones.
La fábrica de galletitas de Albardón fue abierta por Sasetru en 1980 aprovechando la promoción industrial, pero quebró y estuvo cerrada hasta 1997 que la compró grupo Dilexis. En 2011 fue adquirida por la firma Pepsico que la operó hasta 2017, cuando Alejandro Ripani, dueño de Tía Maruca, la compró y realizó una inversión de 5 millones de dólares en tecnología para duplicar la producción. La razón social de la empresa continúa siendo Dilexis.
La situación económica nacional, con los índices de producción industrial manufacturera en caída libre desde hace varios años, incidió. La situación de la fábrica de galletitas no está aislada sino que responde a un fenómeno que muchas industrias a lo largo y a lo ancho del país están padeciendo.