Los hábitos de consumo de los sanjuaninos han cambiado. Compran menos cantidad, suprimieron los asados de todos los domingos y dejaron los lácteos para época de cobro. Eso es lo en lo que coinciden las fuentes consultadas, tanto los consumidores como los empresarios. La inflación y la falta de efectivo generó problemas problemas en las economías familiares que repercutieron en los balances finales de los almacenes, carnicerías y verdulerias de barrio.
Desde la Cámara de Supermercadistas, Mario Gee, explicó cuál es el panorama que se ve diariamente en los comercios dedicados al rubro alimenticio. "Los consumidores ahora compran lo justo. Se acabaron los carritos llenos. La gente lleva lo necesario. La gente dice compro para hoy, mañana veremos. La gente también cambió las grandes marcas por las segundas. La diferencia de precios son importantes. El rubro más castigado son las carnicerías. Este año hubo cuatro subas en la carne. Para evitar dejar de consumir, la gente compra menos".
Por su parte, Laura Vera, líder de Amas de Casa, informó: "La gente cambió los hábitos porque no le queda otra. Migró de la carne vacuna a la carne de pollo. En este último tiempo la carne ya no se come ni una vez a la semana. La gente se está alimentando a base de carbohidratos: mucho arroz, fideos y papa. Pasó de las primeras a la segundas y terceras marcas, sobre todo con el tema limpieza. Lo otro que se nota es que redujo las cantidades, van comprando para el día".
El presidente de la Cámara de Comercio, Hermes Rodríguez, indicó que la venta de alimentos bajó. "Desde hacía muchos años la venta de alimentos no bajaba. Este es un indicador peligroso porque si la gente compra menos alimentos significa que hay una crisis profunda", aseguró.
El único que tuvo una visión diferente fue Juan Carlos Giménez, de la Sociedad de Chacareros. Giménez cree que es una cuestión estacional y que el consumo bajó porque arrancan las clases y la gente gasta menos. Tampoco notó una baja en la venta de verduras ni frutas.
Durante el 2018 la inflación alcanzó el 47,6%, la cifra más alta de los últimos 27 años. Las principales subas del año se registraron en dos sectores sensibles: transporte (66,8%) –por el incremento de tarifas– y alimentos y bebidas no alcohólicas (51,2%) –por el impacto de la devaluación–. Pero también aumentaron por arriba del promedio general de inflación: comunicación (55,3%); equipamiento y mantenimiento del hogar (50%) –que tiene mucho componente importado–, y salud (50,2%) –por el incremento de las prepagas-.