San Martín sigue de mala racha en el campeonato de Primera División. Los resultados positivos no lo acompañan y sigue anchado en el fondo del descenso. Si bien la llegada de Leandro 'Pipi' Romagnoli cambió un poco la cara del equipo, le falta suerte. El cambio de esquema y el miedo del descenso.
El elenco sanjuanino no arrancó bien su estadía en la máxima categoría del fútbol argentino. Y si bien el debut fue cerrado (1-0) y quedó en manos de Atlético Tucumán, se notó mucho la diferencia de categoría. Lo que vino después fue para aprender, como el 0-0 ante Riestra, Central, el 1-1 ante Sarmiento con el primer gol del campeonato de Anselmo.
La apuesta antes y después de eso no era mala, solo faltaba un escalón más de jerarquía. La alegría a Concepción llegó recién en la fecha 8, cuando San Martín recibió a Belgrano y lo cacheteó 3-1 en el Pueblo Viejo. Se pensó que era el trampolín que necesitaba, pero no pasó.
Finalmente Raúl Antuña decidió dar un paso al costado del primer equipo tras la derrota frente a Platense. La CD decidió moverse rápido y con los puntos de experiencia y chapa, abrochó a Leandro Rmagnoli. Un ex jugador muy conocido, querible por todos que si bien no tiene un amplio curriculum, sus armas fueron suficientes para sentir el compromiso y tomar el toro por las astas.
Ambicioso, comprometido y analista. Así fue la carta del ídolo de San Lorenzo cuando asumió en el Verdinegro. Sabía que llegaba a un equipo golpeado y que tenía que trabajar duro para sacarlo a flote. Instituto fue la prueba de fuego: derrota 1-0 en Córdoba. Eso no lo hizo tropezar y salió a cambiarle la cara por l,os 32avos de final de la Copa Argentina. Un mano a mano ante Gimnasia de Jujuy que supo aprovechar muy bien Borgogno en los penales. Primer puntito adentro para el Pipi.
El próximo compromiso de San Martín por el campeonato local fue San Lorenzo. Se habló mucho en la previa de este compromiso. Es que familiarizaron mucho al DT con el Cuervo por su pasado, pero él dejó en claro que si bien no escondía su cariño, se debía totalmente al Verdinegro. Ese viernes por la noche, el conjunto sanjuanino jugó bien, tuvo carácter y por poquito no termina en empate. Fue derrota 1-0. Dudas, preocupaciones y la impaciencia de la gente. Que pensaba que se venía Independiente y Godoy Cruz. Dato no menor para sacarlo de las casillas.
En su visita a Avellaneda, lo aguantó bien y cuando el partido estaba cerca del final, llegó la ráfaga de goles para darle otro cachetazo de realidad. Esa caida no era todo, la preocupación aparecía más que nada porque aparecía Godoy Cruz en el mapa. Una semana después recibió al Tomba en el Hilario Sánchez y la historia fue otra. Claro está que los clásicos se ganan como sea así lo hizo San Martín. Se hizo dueño de su casa, Toloza condujo a la red una pelota aérea y el Verdinegro selló un triunfo después de tantas fechas de sequía.
El hincha se quedó conforme después de la imagen que demostró el equipo con el Tomba. El DT comenzó a mover un poco el esquema, varió los nombres y su presentación en el Sur de Buenos Aires fue la mejor de todas. Sin duda fue su mejor versión. Pero le faltó suerte. Otra vez. Lanús se encontró con el gol en el primer cuarto del complemento y a pesar de los intentos. Fue todo cuesta arriba. San Martín sumó una nueva derrota en el campeonato y Romagnoli sigue sin poder encontrar el equilibrio. Hay intentos, actitud, solo falta la cuota de suerte. Se viene Aldosivi en la última del Apertura. Partido directo, en casa. Sin margen de error para despedirse positivo ante sus hinchas.