En un rincón donde el silencio de los cerros envuelve, el Club Social y Deportivo San Agustín sigue siendo bandera y pertenencia. Nació el 24 de octubre de 1971, cuando un grupo de empleados municipales se reunió en la comuna con un sueño en común: fundar un club para el pueblo de Valle Fértil. Todo pasó tan rápido, que apenas quince días después, ya había una comisión directiva y comenzaba la historia. Pasaron 54 años y el amor sigue firme.
Desde entonces, este club vallisto fue creciendo a puro pulmón y costa de los suyos, que dejaron su huella como jugadores y hoy aportan su granito de arena desde la dirigencia. Con su predio deportivo armado con esfuerzo, cuenta con cancha de fútbol 5 y 11, y una sede que supo ser punto de encuentro, y que hoy espera volver a serlo. San Agustín no es un club más, es la casa de muchos. Y aunque hoy falten cosas, sobra amor.
Quien lleva adelante esa lucha es Hugo 'Cari' Lara, quien asumió como presidente en el 2020, cuando el mundo se cerraba por la pandemia. "La tomé en un momento en el que empezaba todo esto. La necesidad era no ver caer el club que yo nací", relató con emoción. No es una frase hecha: Hugo nació en el club, creció entre sus colores y aún hoy lo siente como parte de sí. "Soy hincha de San Agustín y voy a morir hincha de San Agustín", dice sin dudar.
Las dificultades sobran. Los recursos no alcanzan y ahí es cuando el pueblo vallista sostiene. "Nos cansamos, y a veces nos metemos la mano al bolsillo también, y no alcanza". Las ayudas llegan a cuentagotas, y los pedidos son constantes: una mano, una colaboración, una esperanza. Y aunque eso sea escaso, el espíritu no se rompe, se fortalece.
Las cosas están claras en el club y la gente que trabaja, lo hace con una idea fija: y es que la intitución permanezca, tenga vida por muchos años y que sobre todo, sea refugio: "Me voy a ir cuando la vea la cancha sembrada. Capaz que tenga 80 años y tenga que pelear con todos, pero no me voy".
A más de 250 kilómetros de la capital sanjuanina, donde a veces parece que nadie mira, hay un club que late como puede. Que resiste sin muchas marcas, sin tribunas de cemento ni flashes. Pero que tiene lo más valioso: el amor de la gente de San Agustín.
Cari, el presidente que trabaja de enfermero y dedica su tiempo a San Agustín:
Su nombre es Hugo Lara, pero todos lo conocen como 'Cari'. Es oriundo de la Villa y tiene casi la misma edad que el club que hoy preside. Fue ex arquero del club y siente los colores como parte de su piel. Tiene tatuado el color albiceleste.
Pese a que su profesión es la de ser enfermero en el Hospital del pueblo, se animó al mandato de su querido San Agustín en el 2020, cuando fue electo en plena pandemia. Las papas quemaban, todo se cerró y él no se quedó de brazos cruzados para dejar abandonado el club. Así fue que empezó a aportar su granito de arena desde el lugar que se podía, hasta que se levantó la cuarentena.
"Este club es mi vida. Es mi casa", simplificó Hugo sobre el amor que siente por la institución. El trabajo diario no es fácil, hay que tocar muchas puertas por una ayuda, pero afirma que no importaron las veces que tuvo que meterse la mano al bolsillo para sacar el club adelante.