Evelin Gutiérrez tiene 22 años y una historia de fútbol que arranca desde que tiene uso de razón. Nacida en el barrio Costa Canal 2, de Capital, creció entre mucho fútbol por sus hermanos y su padre, quien les heredó esta pasión desde que eran niños. Antonio Gutiérrez, más conocido en el ambiente como Pepe, fue un histórico utilero de Peñarol y no fue raro que Evelin se terminara enamorando de la redonda desde chica. De hecho, su primera cancha fue la de Árbol Verde, donde se ponía todas las tardes a jugar picaditos con sus amigos: empezó así, mucho potrero y haciendo sus primeras armas sin saber que años después iba a convertirse en una de las jugadoras más destacadas del fútbol femenino de San Juan.
"Nunca hice escuelita porque en ese momento no era algo normal", le dijo a Tiempo de San Juan. La 'Negra Eve', como la conocen todos, se formó de otra manera: jugando en la calle, en los potreros y siempre con varones. Esa escuela no oficial, pero bien real, le dio las bases que hoy la hacen brillar dentro de una cancha, defender como guerrera y ser dueña del fondo verdinegro, la camiseta que le toca vestir en la actualidad.
Recién en 2017, cuando leyó en el diario que arrancaba la Liga Femenina en San Juan, sintió que era el momento. Se lo contó a su papá y él, como siempre, la acompañó. Fue a probarse un viernes, jugó el domingo, debutó y ya quedó en el equipo. Así empezó su camino en Peñarol, donde cerró ese primer torneo a puro aprendizaje.
Desde aquel inicio hasta hoy, Evelin ya cosecha 16 títulos como jugadora, una cifra que habla de constancia, talento y amor. Entre todos esos trofeos hay dos que tienen un lugar especial: el Campeonato Nacional que ganó con Rivera en futsal y el Regional de Cuyo que ganó con San Martín. El Nacional lo recuerda como algo "único, porque no se da muchas veces en la vida". Y el Regional fue especial no solo por la copa, sino por el rival: "Fue ante Gimnasiavde Mendoza, uno de esos partidos que no se olvidan más", relató la central.
Entre los colores que vistió en su carrera como deportista, San Martín no es un equipo más: "Amo la camiseta. Me he vuelto hincha. La siento un montón", aseguró a Tiempo. Esa relación con el club trasciende lo futbolístico. Es identidad, pertenencia y pasión.
Evelin Gutiérrez representa lo que muchas pibas sueñan y hoy, por suerte, pueden empezar a vivir: jugar al fútbol, competir, ganar y sentir una camiseta. Su historia es la de una chica que nunca bajó los brazos, que se hizo lugar en un mundo que al principio no parecía tener espacio para ella, y hoy es referente.