El nombre de Miguel Borja volvió a instalarse con fuerza en la agenda del fútbol argentino, pero esta vez no por un gol ni por una actuación decisiva, sino por una frase que encendió la imaginación de los hinchas. El delantero colombiano, que todavía tiene contrato con River hasta fines de diciembre aunque ya se despidió del club, dejó abierta la puerta a un posible regreso al país y, casi de inmediato, los rumores lo vincularon con Boca.
Las versiones crecieron rápido: un supuesto llamado, un interés concreto y hasta la chance de un pase bomba entre los dos gigantes del fútbol argentino. Sin embargo, la realidad, por ahora, va por otro carril. Según pudo averiguar este medio, no existieron contactos formales entre Boca y Borja, ni tampoco el colombiano aparece en la lista de refuerzos que analiza Juan Román Riquelme para la próxima temporada.
Si bien Boca está decidido a salir al mercado en busca de uno o dos centrodelanteros para reforzar el plantel de cara a un 2026 exigente —con la Copa Libertadores como gran objetivo—, el ex River no figura como una alternativa concreta. Desde el entorno del atacante de 32 años, incluso, se encargaron de desmentir cualquier tipo de llamado u ofrecimiento y señalaron que el destino más probable estaría en el fútbol mexicano.
No es la primera vez que Borja suena en la órbita azul y oro. Tras la Copa América 2021, el entonces Consejo de Fútbol había mostrado interés en sumarlo, aunque la operación no prosperó porque el colombiano tenía contrato con Palmeiras y terminó recalando en Junior de Barranquilla. Hoy, el escenario es distinto y el contexto también: Boca busca un perfil específico y, al menos por ahora, Borja no encaja en ese plan.
Las declaraciones que alimentaron la polémica llegaron durante una entrevista, cuando el propio jugador reconoció un vínculo afectivo con el mundo Boca. “Tengo un hermano aquí que es hincha de Boca, pero ahora estoy pensando en disfrutar las vacaciones y en elegir la mejor opción para mi familia. Por suerte, la opción de regresar a la Argentina está abierta”, dijo. Incluso, el familiar irrumpió con una frase que hizo ruido: “Hay que escuchar cuál es la oferta. A ver qué dice Román y vamos todos al palco de la Bombonera”.
Por el momento, esas palabras quedaron más cerca del deseo y del folclore que de una negociación real. En Boca no hubo avances, no hubo llamados y no hubo gestiones. Así, el supuesto interés parece diluirse y quedar reducido a lo que suele abundar en esta época del año: rumores de mercado, frases sugestivas y un clima de expectativa que crece a medida que se acerca la apertura oficial del libro de pases.