El clásico del fútbol zondino terminó de la peor manera. Una bomba de estruendo explotó en plena cancha, cuando Sarmiento y Juventud Zondina se enfrentaban por el Clausura, y dejó dos heridos: un hombre de 31 años, Maximiliano Campillay, que perdió un ojo, y un niño de 9, Alexis Ruz, que sufrió un traumatismo de cráneo.
“El nene entró al quirófano anoche a las diez y salió cerca de las dos de la mañana. Le sacaron una esquirla del cráneo y limpiaron un coágulo. Está fuera de peligro, gracias a Dios”, contó Carlos, su abuelo, en diálogo con Tiempo de San Juan.
El hombre explicó que el chico fue operado en la madrugada y que permanece internado en terapia intermedia. “Hoy a las cuatro de la mañana despertó y habló con la mamá. Mandó un audio diciendo que está bien. Pobrecito, fue un momento muy feo”, dijo.
Sobre lo ocurrido, el hombre aclaró que "no buscan responsables": "No sé cómo entró ese artefacto al campo de juego. Creo que fue el destino. Tocó que fuera así. Y pienso también en el otro muchacho, el que encendió la bomba. No lo hizo con mala intención, estaban festejando”.
Según fuentes policiales, Campillay habría arrojado la bomba al campo sin que explotara. Minutos después, él y el niño se acercaron para verla de cerca. Fue entonces cuando detonó. “Mi nieto es un chico alegre, querido por todos. Nos prometió que este año iba a ser abanderado. Ahora los médicos dicen que está estable, pero van a tener que hacerle otra cirugía donde tuvo la fractura”, explicó el abuelo.
“No hay culpables, hay dos familias destrozadas. El fútbol no puede terminar así. Solo quiero que mi nieto se recupere, y que el otro chico también pueda salir adelante”.