Alejandro “Papu” Gómez, actualmente suspendido por dos años tras un doping positivo, volvió a hablar en profundidad sobre su carrera, su relación con Lionel Scaloni y lo que significó su salida de la Selección argentina después de la histórica consagración en el Mundial de Qatar 2022.
Sus días en Atalanta y la relación con Scaloni
En diálogo con el periodista Julián Polo, Gómez recordó su llegada al Atalanta: “Cuando llegué estaban el Tanque Denis, Maxi Moralez y Scaloni, que estaba medio pintado. Él venía de la Lazio con algunos problemas, lo habían apartado, pero se entrenaba con nosotros”.
El volante contó que, aunque Scaloni no jugaba demasiado, mantenía un nivel de profesionalismo admirable: “Se entrenaba a morir, un profesional extraordinario. Vivíamos en el mismo barrio y me ayudó desde el primer día: me acompañó a buscar casa, a comprar el auto. Nos veíamos todos los días”.
“Como jugador era insoportable, pero en el buen sentido. Tenía muchísima energía, siempre activo, entrenando a mil y tirando chistes. Era muy querido en el vestuario”, reveló el Papu.
Además, señaló que ya mostraba interés por ser entrenador: “El primer curso que hizo, el UEFA C, lo hizo en Bérgamo junto con algunos de nosotros que éramos más grandes en ese momento”.
La gestión de Messi y la renovación de la Selección
Para Gómez, una de las grandes virtudes de Scaloni como entrenador fue la manera en la que supo rodear a Lionel Messi:
“Fue muy inteligente. Después de Rusia 2018 encaró una renovación con chicos que tenían hambre de gloria. Rodeó a Leo de jugadores talentosos que iban a dejar todo por él”.
“Es un técnico muy cercano al jugador, te habla de frente y no dice boludeces. Eso al futbolista le gusta y cuando empezaron a llegar los resultados, se generó un ambiente de armonía”.
Su experiencia en la Selección argentina
Gómez recordó que en su primera convocatoria le tocó esperar:
“Venía de ser jugador del mes en Italia, me llamaron y no jugué ni un minuto. Era duro porque compartía puesto con los mejores del mundo, pero jamás puse mala cara. Entrenaba fuerte y entendía mi rol”.
“Me hubiese gustado jugar más, pero terminé siendo importante. Demostré que podía estar y aportar, adentro y afuera de la cancha”. Incluso confesó que tuvo influencia en la llegada de Cristian “Cuti” Romero a la Selección:
“Scaloni me preguntó por un central zurdo y le dije que llevara a Cuti, que era un crack. Primero me convocó a mí y después a él”.
El regreso tras la sanción por doping
El Papu también habló del duro momento que vivió por la sanción:
“La parte más difícil es la que no se toca la pelota. Hay que correr, entrenar solo, estar bien físicamente. No es lo mismo que hacerlo en grupo. Ahora me toca volver a lo básico: pasto alto, frío, lluvia. Pero también es volver al amor por el fútbol, la esencia de jugar en el barrio”.
A pesar de todo, tiene claro que no piensa retirarse:
“No quiero que me retiren así, porque no es mi momento. No lo van a decidir personas con saco y corbata. Me quiero retirar cuando yo lo decida y también por mis hijos, para que vean que luché contra todo y volví a hacer lo que amo”.
El exjugador del Atalanta reconoció que los primeros meses fueron durísimos:
“No entendía por qué me pasaba a mí, justo en mi mejor momento, después de ganar un Mundial. La bronca era enorme, pero la responsabilidad fue mía. Tomé un jarabe para la tos de mi hijo que no podía tomar y pagué las consecuencias. No me hago la víctima, el boludo fui yo”.
Incluso llegó a alejarse del fútbol:
“Apagaba las noticias, me costaba verlo. Trabajé con psicólogos y conmigo mismo. Era un bucle, pero de a poco pude salir adelante”.
Quiénes estuvieron y quiénes no
Finalmente, valoró las personas que lo acompañaron en este proceso:
“Me sorprendió la gente que desapareció, no los culpo. Pero también aparecieron otros que nunca habían estado. En estos dos años conocí más personas nuevas que en seis años en Atalanta”.