Pasaron cuatro años (2018) desde que se impulsó el primer protocolo de actuación ante situaciones de violencia de género en un club de fútbol y en San Juan todavía sigue siendo una cuenta pendiente. Vélez Sarsfield fue el primero que tomó la iniciativa de visibilizar y abordar desde una secretaría una problemática que se multiplica día a día. Según el INADI, actualmente solo el 19% de los clubes cuenta con protocolo, un 23% lo está elaborando y el 58% no lo tiene: en esta cifra están incluidas las instituciones sanjuaninas.
El caso del futbolista de Boca Juniors, Eduardo Toto Salvio, destapó las falencias que tiene el deporte más popular a nivel nacional y local en temas de género y protocolos de prevención y acción institucional contra la violencia de género. El reconocido futbolista protagonizó un violento episodio con su esposa, Magalí Aravanea, al arrastrarla con su vehículo en Capital Federal. La institución xeneize activó su protocolo y comunicó que se puso a disposición tanto de la Justicia como de Aravena para "llegar al pronto esclarecimiento" del hecho. Pero ¿qué pasaría si esto sucede en San Juan hoy?
La realidad es que en la provincia ningún club cuenta con un protocolo de actuación, que brinde respuestas rápidas y contención a la víctima, y mucho menos con una secretaría que pueda abordar esta problemática. Tampoco lo tiene la Federación Sanjuanina de Fútbol, el ente que nuclea a los clubes más importantes a nivel local. Una falla enorme para un deporte que abarca una gran parte de la sociedad y por ende tiene una enorme responsabilidad social, buscando menos discriminación, menos violencia y mayor igualdad. Porque los casos existen.
En 2019 el entonces arquero de Peñarol, Germán Vicentela, fue procesado por lesiones leves agravado por el vínculo después de ser denunciado por su expareja. En este caso, la institución bohemia intervino y le proporcionó al futbolista un abogado. Previo a esto ya se habían conocido otros casos de violencia de género que también involucraron a conocidos futbolistas: con denuncias y estado público de por medio, todos volvieron a jugar al fútbol. También está el caso de Rosana Paz, una árbitro sanjuanina que fue quemada con agua hirviendo por hinchas de Marquesado: al club le aplicaron solo una multa económica.
Sí hay una cláusula que hace referencia al tema. Sportivo Desamparados, por ejemplo, aplicó en el contrato de los jugadores un artículo que implica que, en caso de que el jugador no se comporte acorde a los lineamientos del estatuto social del club y sea condenado por violencia de género, será sancionado con la rescisión del contrato.
Es cierto que los casos que salieron a la luz tienen que ver con el fortalecimiento y la lucha que lleva adelante el movimiento feminista, de lo contrario quedarían en el tapete. También es cierto que la principal herramienta para revertir este flagelo es la capacitación y la creación de espacios que puedan abordar de manera íntegra y profunda la violencia en todas sus formas.
La Ley Nacional 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres, sancionada en 2009, menciona la responsabilidad de las organizaciones deportivas frente a los casos de violencias.
Desde la Liga Sanjuanina de Fútbol aseguraron que hay intenciones de crear una Secretaría de Género a futuro. No dieron fechas, pero Oscar Cuevas, su presidente, confío a este medio que es un tema a tratar con la comisión de la casa madre del fútbol local. "Hasta el momento no tenemos nada, tampoco hemos tenido algún caso de violencia en este último tiempo. Pero hay que estudiar el tema con el Consejo de la AFA y poder tratarlo en San Juan. Es necesario abordar la problemática, pero como no hemos tenido ningún caso de violencia... Pero puede suceder. Necesitamos crear un Departamento de Género", apuntó el dirigente.
Mientras tanto hay dos clubes sanjuaninos que están más avanzados en el proyecto de crear un protocolo de violencia y un especio para su abordaje. En Peñarol aseguraron que este año lanzarán el Departamento de Género una vez que se realicen las elecciones y asuman las nuevas autoridades. Incluso quieren sumar mujeres a la comisión directiva (San Martín, entre los grandes, es la única institución que tiene una mujer como vocal). "Estamos incursionando en el tema, el departamento debe existir en todas las instituciones. Incluso hay casos de violencia familiar con chicos de inferiores, todo es mucho más complicado", apuntó Luis Varela, dirigente de Peñarol.
Sportivo Desamparados es la otra institución que trabaja para implementar su espacio bautizado "Igualdad sin Violencia". El mismo es un proyecto que nació en el sistema de ambulancias SMI y que Juan Valiente, su propietario y también presidente del club puyutano, quiere trasladarlo al fútbol. "En este caso es más amplio, porque incluye un tema laboral y también la violencia de género. Antes de ponerlo en funcionamiento hay que capacitar a las personas y sumar especialistas, como psicólogos. La idea es replicar lo que hicimos en el SMI en Desamparados", explicó Valiente.
EL VOLEY, LA EXCEPCIÓN A LA REGLA
La Federación Sanjuanina de Voley es la única institución deportiva que cuenta con una Secretaría de Género. La misma fue creada en 2020 por un grupo de exjugadoras y actualmente está presidida por la psicóloga Eugenia Olivera. Incluso sus integrantes interiorizaron sobre la Ley Micaela, una capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública. "Estamos transitando un cambio y lo celebro. Si bien hay avances en cuanto al género, queda por revisar formas y contenido", expresó Eugenia.
Este grupo de exvoleibolistas pretende expandir su proyecto a todas las demás federaciones y disciplinas. "Con la Secretaría de Género y Deporte estamos terminando de escribir un protocolo de prevención de la violencia en el deporte. La intención es acompañar y capacitar a los clubes en el armado de áreas de género. Hay una intención política que todos los clubes tengan este área a disposición desde junio", cerró Eugenia.