Tiene apellido ganador y olfato de goleador. Aunque su tío, el histórico Nery Pumpido, la descoció en el arco con la Selección y River Plate, jamás sintió la presión de ponerse los guantes y mucho menos de jugar profesionalmente en un club, ya que recién a los 19 años hizo un año de divisiones inferiores antes de llegar a Primera. Se trata de Facundo Pumpido (26), el delantero que le dio el triunfo histórico a San Martín en el Monumental.
El fútbol lo lleva en la sangre, su papá Nelson jugó en Unión de Santa Fe y Banfield, y su tío Nery fue campeón del mundo en el ´86 con la Selección Argentina y campeón de la Libertadores e Intercontinental con River, también en la década del ´90. Sin embargo, su relación con el fútbol fue siempre amateur: hizo baby fútbol en su querido Olivos y jugó con amigos en el patio del instituto Salle Florida. Fue hasta los 19 años, que mediante un amigo, se probó en Tigre. "Yo iba a la Salle, un colegio social y que tenía mucho deporte. Jugaba con los amigos de la vida y no me daban ganas de ir a un club. Pero en el 2008 mi amigo me insistió para probarme en Tigre y quedé, a los seis meses jugué en el plantel de Primera. Cuando empecé a vivir esto me gustó y me di cuenta que era lo que yo quería”, expresó el delantero.
En la cancha siempre usó la nueve, aunque por sangre lo más lógico hubiese sido que le tire la del arquero. "De arquero nada, sólo el apellido (risas). Nunca sentí la presión de jugar en esa posición. Es bueno no tener presión, de llevarte a algún lado. Sí puedo decir que recibí muchos consejos de lo que hay que dar y resignar en este deporte. En la Salle me puse de delantero aunque me gustaba más ser volante, pero mi físico no era apto para esa posición”, agregó.
Familia futbolera y gallina
Su papá y su tío se criaron en la cancha, contagiando a cada uno de los Pumpido la pasión por la pelota y por River Plate. "Para mí siempre fue algo normal que mi familia esté vinculada al fútbol, a mí nunca me afectó. No sé si suma pero me dan consejos y me dicen qué es lo correcto porque ellos lo vivieron, porque a mi tío le fue muy bien. Tengo una familia muy futbolera y se aprende de ellos”, destacó el jugador, quien lleva en su pierna izquierda un tatuaje del escudo riverplatense.
La cuota pendiente
Cuando fichó para Tigre tenía 19 años y en ese entonces estudiaba Ciencias de la Comunicación y trabajaba en el depósito de una librería. Aquella carrera no le terminó convenciendo y ya jugando para Acassuso empezó a estudiar el profesorado de Ecuación Física. "Cuando sos chico no sabés lo que te gusta y en ese momento creí que publicidad era lo mío. Sin embargo después empecé con educación física y me gustó bastante. Ahora lo postergué para venir a San Martín pero cuando pueda lo voy a retomar. Esta fue una oportunidad única, de jugar en Primera, y sé que la carrera la puedo hacer más adelante”, confesó Pumpido.
Dijo que la docencia lo entusiasma mucho para el futuro, cuando ya esté alejado de las canchas: "estoy extrañando el profesorado pero estoy contento de estar acá (San Juan). Me gusta mucho la docencia, el aprender y enseñar a los más chicos. Acá en San Martín esas cosas no las hago porque soy tímido pero sí miro mucho cómo trabajan y se manejan los profes”.