Jorge Olivera, el represor tres veces condenado a perpetua, que actualmente está gozando de la prisión domiciliaria y que el año pasado dio que hablar porque lo señalaron de presentar un certificado médico trucho para violar la prisión domiciliaria, está envuelto en un nuevo escándalo.
Lo señalan por hacer un despampanante festejo de sus bodas de oro con su esposa, Marta Ravasi. En las redes sociales algunos de los presentes dieron a conocer lo que ocurrió en esta “fiesta”, en la que hasta cantó Palito Ortega.
Olivera actualmente está cumpliendo la prisión domiciliaria en su casa ubicada en Vicente López, Buenos Aires.
Según publicó el sitio oficial del Ministerio Público Fiscal, el fiscal general Dante Vega, titular de la Oficina de Asistencia en causas por Violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el Terrorismo de Estado en Mendoza, y el fiscal general de San Juan, Francisco Maldonado, solicitaron medidas al Tribunal Oral Federal de esa provincia para determinar las circunstancias en que se llevó a cabo el festejo.
Dsde la Fiscalía Federal pidieron que se investigara si Olivera violó la prisión domiciliaria al salir de su vivienda para ir a este festejo a otro lugar o si lo hizo en su vivienda. También desde fiscalía solicitaron al TOF que ordene a Olivera que se abstenga de hacer estos megaeventos.
Vega y Maldonado señalaron que, aun cuando pudiere haberse llevado a cabo en su domicilio, “esta situación genera conmoción social y desnaturaliza el sentido de la pena, particularmente cuando se está frente a una persona múltiplemente condenada a prisión perpetua por gravísimos crímenes calificados como delitos de lesa humanidad”. En ese sentido, remarcaron que el suceso tornaría abstracta la finalidad del beneficio otorgado por la Cámara Federal de Casación Penal, que debe responder a razones estrictamente humanitarias.