Superando las expectativas de sus propios dirigentes, La Libertad Avanza consiguió un importante avance en la Cámara de Diputados tras las elecciones nacionales. A partir del 10 de diciembre, el bloque libertario contará con 93 representantes, una cifra que le permite superar el tercio del cuerpo y consolidar una base de poder legislativo que Milei no tuvo durante su primer año de gestión.
Este resultado es especialmente relevante porque garantiza al oficialismo la posibilidad de defender vetos presidenciales y frenar eventuales intentos de juicio político, además de mejorar sus condiciones para negociar la sanción de leyes clave. Con el nuevo reparto, el gobierno libertario podría alcanzar el quórum (129 votos) si logra acuerdos con sectores aliados del PRO, representantes provinciales y bloques minoritarios.
La nueva correlación de fuerzas implica un cambio sustancial en la dinámica del Congreso. Hasta ahora, el oficialismo había enfrentado importantes tropiezos legislativos, como el rechazo de la ley de discapacidad, los incrementos en el financiamiento universitario y la aprobación de la emergencia pediátrica. Con esta nueva composición, el Ejecutivo tendrá mayor margen para bloquear proyectos que contradigan su programa económico y sostener el rumbo fiscal que impulsa el ministro de Economía.
En el plano político, los resultados reafirman el liderazgo nacional de Javier Milei y le otorgan una posición de mayor fortaleza frente a los gobernadores. Desde su entorno aseguran que el Presidente buscará recomponer vínculos institucionales para avanzar con reformas estructurales, entre ellas las de índole laboral y tributaria. “Queremos invitar a la gran mayoría de los gobernadores que tendrán representación parlamentaria a discutir acuerdos”, señaló Milei durante su discurso de la noche electoral.
Los gobernadores agrupados en el espacio Provincias Unidas, que aspiraban a proyectarse como un nuevo polo de poder nacional, fueron algunos de los principales derrotados en esta elección. El cordobés Juan Schiaretti no logró imponerse en su provincia, mientras que Gonzalo Roca, representante libertario, se consolidó como una de las sorpresas de la jornada. En tanto, referentes provinciales como Gustavo Valdés en Corrientes o Nacho Torres en Chubut sufrieron una merma de apoyo respecto a comicios anteriores, lo que debilita sus chances de convertirse en figuras con peso nacional.
En el Congreso, el PRO conservará cerca de 26 bancas, incluyendo los 14 diputados propios y una docena electos en listas conjuntas con La Libertad Avanza. Dentro del partido, la estrategia de Patricia Bullrich de acercamiento al oficialismo fue validada por los resultados. Sin embargo, desde el entorno libertario remarcan que no dependerán exclusivamente de ese espacio y que buscarán tejer acuerdos puntuales con bloques menores y dirigentes de distintas provincias.
El peronismo, por su parte, quedará con una bancada de 97 diputados, manteniendo la primera minoría. Si bien la pérdida de bancas no es significativa, la derrota electoral generó tensiones internas en el espacio, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde se evidenció el distanciamiento entre La Cámpora y el sector que responde al gobernador Axel Kicillof. Analistas políticos anticipan que esa fractura podría complicar la coordinación de la oposición dentro del Congreso.
La nueva composición de la Cámara obliga a todos los sectores a replantear estrategias y alianzas. Mientras el oficialismo buscará consolidar su mayoría operativa a través de acuerdos con provincias y espacios afines, la oposición deberá redefinir su rol para conservar influencia en las comisiones y en la agenda legislativa.
Con este escenario, Milei enfrentará la segunda mitad de su mandato con un Congreso menos hostil y con capacidad para imponer su impronta política.