“En elecciones los días son semanas, las semanas son meses, los meses son años”. La frase la dejó el ex tres veces gobernador de San Juan, José Luis Gioja, en Paren las Rotativas y permite describir lo que pasó en San Juan en estas elecciones de término medio. El 7 de agosto fue la fecha límite para armar alianzas. El gobernador Marcelo Orrego decidió jugar solo, con un frente de corte provincial neto. A los pocos días estalló el escándalo ANDIS; que tiene aún a la hermana del presidente, Karina Milei, involucrada en una trama en la que se habla de coimas. El oficialismo local celebró la decisión de ir separados de La Libertad Avanza y lo que pintaba como un escenario de tercios empezó a desdibujarse. El mileísmo sumó nuevos escándalos nacionales, que incluyó a Fred Machado y una pista narco que terminó con la renuncia del candidato en primer término de LLA en provincia de Buenos Aires, José Luis Espert. El arco político sanjuanino proyectaba una victoria del oficialismo, con dos legisladores adentro, un peronismo segundo y la ola violeta apagándose sin lograr meter a Abel Chiconi en el Congreso. Pero este 26 de octubre, la circularidad borgeana metió la cola y los tres espacios políticos más importantes de la provincia introdujeron un legislador: el peronismo, el orreguismo y el mileísmo. Y la política hizo lo propio, otra vez: los ejércitos de fe no están desvanecidos, sino que cobran vida en la esperanza de los sectores más vulnerables y también en los más acomodados. La agenda nacional pudo más, como pasa históricamente en las legislativas.
La decisión de Orrego fue arriesgada: se la jugó y optó por desmarcarse del mileísmo con un frente propio. Como candidato en primer término, fue el vicegobernador Fabián Martín. Siguió un camino distinto al que optaron sus colegas cuyanos: el mendocino Alfredo Cornejo y el puntano Claudio Poggi, quienes bendijeron de distinto modo una alianza con La Libertad Avanza. Sumaron al partido bloquista, que es socio en la Legislatura con 4 votos que le permitió al oficialismo ir construyendo una mayoría para los temas claves.
La apuesta de la campaña del oficialismo era concentrar la atención en lo hecho en San Juan. Salir de la agenda Milei SÍ/ Milei No. Pero no pudo. La Libertad Avanza demostró que sigue marcando el eje político argentino y que continúa con un alto índice de apoyo en la ciudadanía. Una de las muestras más claras fue lo que sucedió en la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo perdió contra Milei. “El pasado”, tan usado en la jerga mileísta, y el “fantasma del kirchnerismo” sigue representando en el electorado un elemento a combatir. Los escándalos con las coimas que se investigan en Discapacidad y el Espert-gate no impactaron como se especulaba en el electorado, que renovó su compromiso con el hombre de las “fuerzas del cielo”.
El oficialismo disputaba electorado con el mileísmo en San Juan. Y fueron a reforzar sus bastiones. En Santa Lucía Orrego ganó por mucho: 41,49% contra 25,79% de LLA; en Rivadavia se impuso por un margen importante también: 38,35% contra 27,75% de LLA, pero en Capital, donde proyectaban una victoria fuerte, no sacaron el caudal esperando: ganó LLA con el 34,58% mientras que Por San Juan concentró el 31,95%.
En esa dicotomía Milei sí/ Milei no el peronismo hizo lo propio. Representaban la oposición a ese planteo nacional y se encargaron de poner toda la carne al asador en sus departamentos más potentes: Chimbas y Rawson, comunas en donde lograron imponerse con un importante margen y que le respondieron en segundo término a La Libertad Avanza. Pocito y Caucete también le dijeron sí a la propuesta que encabezó Cristian Andino, quien se quedó con gusto a poco en la elección a gobernador anterior, que lo dejó marginado junto a su compañero de fórmula Rubén Uñac al tercer lugar.
El peronismo hizo lo que sabe hacer. Pesó también la interna. ¿En qué sentido? Los hombres fuertes que se disputan el liderazgo de cara al 2027, muchos de los cuales habían militado tímidamente en un principio, sacaron toda la fuerza a la calle. No es lo mismo llegar a la negociación 2027 habiendo ganado estas legislativas, que habiendo perdido. El chimbero Fabián Gramajo y el rawsino Carlos Munisaga sacaron los mejores números. Andino capitalizó y pudo desmarcarse, consiguiendo la medalla de oro en esta carrera electoral. Habrá que ver el papel del senador Sergio Uñac, el dirigente que siguió el minuto a minuto del armado de listas y que impuso sus nombres, desplazando a José Luis Gioja de la disputa.
Los que parecían que corrían de muy atrás, pero terminaron terceros y metiendo un diputado fueron los de La Libertad Avanza. El mileísmo sanjuanino cosechó más de 25% de los votos y sumó un legislador a su estructura: a partir del 10 de diciembre tendrá a José Peluc y a Abel Chiconi en la Cámara Baja y al senador Bruno Olivera en la cámara alta. Fue ganancia.
Peluc se tenía mucha fe. En Paren las Rotativas se mostró muy confiado y dijo que, si no metían un legislador, se hacía responsable de la derrota. Le fue bien, las encuestas que circularon por lo bajo fallaron y Chiconi alcanzó la banca. Al igual que en el resto del país, consiguió un triunfo en la capital sanjuanina, que quedará para el análisis posterior. En los departamentos que domina el peronismo, como lo es Rawson y Chimbas, quedaron segundos, lo que terminó de darles el impulso que necesitaban.
Los últimos 20 años de elecciones intermedias en San Juan permiten leer este resultado de una forma integral. En el 2005, los aires nacionales combinados con el éxito de la gestión Gioja le dieron un triunfo aplastante al peronismo; en el 2009 el PJ repitió en San Juan pero con una fuga de peso –Mauricio Ibarra-; en el 2013 la ola nacional opositora marcó la agenda y le dio al frente de Basualdo un primer poroto en las PASO, que no renovó en las generales de octubre tras el accidente del ex primer mandatario en Valle Fértil; en el 2017, Cambiemos perforó la barrera de los 30 puntos por primera vez en 12 años en San Juan; en el 2021, el peronismo y el oficialismo actual quedaron palo y palo, lo que adelantaba resultados más ajustados de cara al 2023. Pero en ese punto, nadie contaba con la ola violeta. Que apareció. Y que convenció a un electorado que fue moviéndose en los últimos años del macrismo, al peronismo al outsider libertario. Ni la suma del poder público en contra, con el que combate ahora Milei y combatió en el pasado Cristina, pudieron con las expectativas de los argentinos y sanjuaninos, que renovaron su contrato con el hombre que les prometió exterminar la casta y el privilegio de una clase política que se relame a sí misma. Las fuerzas del cielo leyeron la calle y hasta se dieron el lujo de hacer un show en el Movistar Arena, que solo indignó al que no pensó nunca en votar al León argento. Los demás, apostaron por el dólar barato y el compromiso de enterrar al pasado.