Luego de conocer la condena que dictó el juez Juan Carlos Caballero (hijo), de 8 años de prisión efectiva para el dueño de un boliche en Capital por abuso sexual, su víctima estalló en lágrimas en las puertas de Tribunales y, acompañada de su familia, amigas y compañeras militantes, aseguró que nada será suficiente para reparar el daño que sufrió.
Abrazada a su compañera, la joven abusada pronunció en llanto profundo: "A pesar de saber que se hizo justicia, (después de la violación) la vida me cambió totalmente. No me devuelve nadie mi cuerpo, mi cabeza, mi seguridad".

Sobre la noche en que ocurrió el episodio, dijo: "Tengo presente ese momento más que nunca, recuerdo todo de ese día, lamentablemente, y hasta hoy se me parte el cuerpo, se me parte todo".
Tras proclamarse inocente aún con la condena establecida, Martín Herrera había ratificó sus dichos y argumentó que la noche en cuestión fue una más. Sin embargo, Cinthia, la mujer abusada, declaró: "Ojala para mí hubiese sido una noche más y no tener que estar acá, ni haber vivido lo que viví".
Quien la sostenía y contenía, agregó: "Esperábamos la máxima condena, nunca van a alcanzar los 8 años de cárcel que le dieron. Ha sido un calvario para ella y que quede claro que la familia del acusado fue siempre cómplice".