Por Gustavo Martínez Puga
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La habitación de 3x5 sobre la calle Agustín Gómez, en el sur de la plaza de Trinidad, se había transformado en un aguantadero. Cansados de reclamar y de no ser escuchados, un día los vecinos tomaron la iniciativa y salieron a buscar la solución: de boca en boca, se fueron pasando la idea de reemplazar la construcción pensada para guardar las herramientas de los placeros por una biblioteca popular, a la que todos pudieran tener acceso. Y así nació La Escalera, cuyo nombre surgió como un símbolo de la forma en que se puede tener una mejor calidad de vida: escalando conocimientos, peldaño a peldaño, a través de los libros.
Aquello que parecía lejano e imposible tuvo sus frutos un 6 de marzo de 1993, cuando se fundó La Escalera como la Biblioteca Popular y Pública de la Municipalidad de la Ciudad de San Juan.
Si bien esos 15 metros cuadrados de construcción parecía un espacio muy chico para una biblioteca, resultó enorme a la hora de tener que llenarlo de libros. Pero los vecinos no se dieron por vencido y en el ingenio encontraron la solución: uno de ellos, de apellido Ávila, quien era dueño de una heladería, propuso la idea de canjear un helado por un libro a los vecinos de Trinidad; otro puso su auto y un parlante para salir por las calles; también consiguieron la madera para hacer las estanterías.
Así se encontraron con los primeros libros y la madera para los estantes, pero no tenían el mueble. Entonces hicieron tres bingos y juntaron los fondos que hacían falta para la construcción de la biblioteca.
El 18 de marzo de 1994 lograron abrir las puertas de La Escalera en ese espacio de 3x5. El municipio les cedió el lugar en comodato y los vecinos se instalaron con la biblioteca que pronto les quedaría chica. Por eso fue que en el 2005, con fondos de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares, lograron ampliar el lugar y crearon la Sala de Lectura, un espacio vidriado que hace de La Escalera una biblioteca única en la provincia: allí los lectores pueden disfrutar del placer de leer un libro mientras disfrutan de la vista de la plaza de Trinidad, pero sin abandonar la comodidad de las instalaciones, dotadas con aire acondicionado, computadora, cocina y baño.
La originalidad de los vecinos había dado sus frutos. Y su iniciativa representó el puntapié para que La Escalera fuera pionera en otros acontecimientos culturales, ya que fue donde por primera vez la Orquesta Sinfónica de la UNSJ salió a tocar al aire libre; fue el lugar donde nació la Feria de la Cultura, con stands puramente vinculados a la cultura y es la única que tiene libros de la Armada Argentina –por eso en el 2007 le pusieron a la Sala de Lectura Almirante Brown, el mismo nombre que tiene la plaza-.
Hoy en día La Escalera tiene un centenar de socios y vecinos que a diario la consultan, sobre todo los chicos de la primaria de la escuela Angel D. Rojas y Perito Moreno.
A La Escalera también se la puede consultar on line: [email protected]
Doña Susana, 20 años ah honorem
María Susana Arrieta es la presidenta de La Escalera. Y está allí desde que la fundaron. Ella estuvo entre aquellos que se cansaron de ver el espacio desaprovechado y salieron a empujar por la biblioteca, hasta que lo lograron. Buscó libros en la calle, pidió donaciones y organizó bingos para juntar dinero. Golpeó puertas, habló con intendentes y todos los días está en la biblioteca, cuidando que devuelvan los libros, supervisando que todo esté en condiciones para cuando llegan los chicos a consultar un ejemplar, su mayor placer. Y todo gratis, porque su gestión es ah honorem.