jueves 11 de diciembre 2025

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Tiempo Paranormal

Sombras, voces y apariciones: el lado oculto de los edificios más conocidos de San Juan

Apariciones, susurros y movimientos inexplicables: los testimonios que dan forma al mapa paranormal sanjuanino.

Por Redacción Tiempo de San Juan

San Juan guarda historias que nunca quedaron registradas en documentos oficiales, pero se transmiten en los pasillos, en obras en construcción, en guardias nocturnas y entre empleados que prefieren no hablar demasiado del tema. Son relatos que mezclan misterios, supersticiones y episodios que muchos juran haber visto con sus propios ojos. Desde obras donde se escuchan pasos en edificios vacíos hasta hospitales donde enfermeras fallecidas siguen atendiendo pacientes. ¿Mito urbano o fenómenos imposibles de explicar? Creer o reventar: estos son los espacios públicos donde la actividad paranormal es parte del paisaje.

Edificio 9 de Julio: la máquina que escribe sola y los pasos en los pisos vacíos

Las historias aterradoras del edificio 9 de Julio se multiplicaron desde el primer día de la remodelación. Los obreros entraban y se encontraban cruces de sal, restos de palomas y gatos, y símbolos que parecían rituales. Todo eso en un espacio abandonado durante casi dos décadas. A esa inquietud inicial se sumaron sonidos imposibles: pasos, corridas y voces en pisos donde nadie había ingresado en toda la noche.

Uno de los albañiles más antiguos asegura que en el primer piso se sienten caminatas que avanzan hacia los trabajadores, aunque al revisar cada rincón no haya nadie. Otros relatan que los martillos y herramientas que dejaban encajados en los andamios aparecían tirados en el suelo, como si alguien los hubiese empujado. El subsuelo es el lugar más evitado: allí muchos dicen sentir que los observan desde la oscuridad.

Las guardias nocturnas fueron, históricamente, las más espeluznantes. Policías de la Comisaría 1ª contaron que una máquina de escribir funcionaba sola. Se escuchaban golpes violentos en las puertas y el ruido del rodillo regresando al comienzo de la hoja, como si alguien estuviera escribiendo mensajes desde otro plano. Uno de ellos incluso “habló” con la presencia para pedirle una noche de descanso.

A los relatos se suma la sombra de la dictadura: empleados antiguos aseguran que el edificio funcionó como centro clandestino en algunas etapas de los años ’70. Las versiones hablan de torturas en el subsuelo y hasta de asesinatos dentro del edificio. Para muchos, esa energía oscura explica por qué los pasillos del 9 de Julio todavía parecen habitados.

Museo Franklin Rawson: la silla que se mueve sola

En 2015, un video grabado dentro del Museo Franklin Rawson desató el debate. En las imágenes se veía una silla desplazándose sin que nadie la tocara. Para algunos fue un truco; para otros, una prueba más de las historias que los trabajadores venían repitiendo desde hacía tiempo. Sea cual sea la explicación, la secuencia revivió el recuerdo de los supuestos fantasmas que antes se mencionaban en el Centro Cívico.

Los empleados del Museo aseguran que no es la única vez que ocurre algo fuera de lo normal. Sonidos, objetos que cambian de lugar y la sensación de no estar solos cuando se cierran las salas por la noche son parte de la cotidianeidad. En un lugar que conserva obras y objetos históricos, dicen, las energías también se quedan.

Muchos visitantes aseguran haber sentido una presencia mientras recorrían las exposiciones. No una figura concreta, sino un movimiento, una sombra que pasa y desaparece. Como si alguien más estuviera contemplando las obras.

Centro Cívico: la mujer de blanco, la mano fantasma y las puertas que se abren solas

Las historias del Centro Cívico trascendieron fronteras y llegaron a medios nacionales. La primera gran leyenda se remonta a 2009: una ordenanza aseguró haber visto en el reflejo del ascensor a una mujer vestida de blanco, obesa y muy pálida, parada detrás de ella. Cuando giró para llamarle la atención, no había nadie. Desde ese día, decenas de trabajadores comenzaron a reportar situaciones parecidas.

Las puertas principales —pesadas, difíciles de mover— se abrían y cerraban sin intervención humana. Serenos contaron haber visto a una mujer vestida de negro que se acercaba hasta unos metros y desaparecía cuando intentaban avanzar hacia ella. Ordenanzas del tercer piso afirmaron ver a un hombre con traje negro caminando detrás de ellos, aunque al dar vuelta no hubiera nada.

En 2018, un grupo de jóvenes grabó una sombra que ingresaba en cuadro desde la izquierda en plena madrugada. Y hace apenas un tiempo, el periodista Facundo Merenda captó lo que parecía ser una mano saludando desde afuera del edificio, pese a que —asegura— no había nadie más allí. El video se viralizó rápidamente y volvió a encender las teorías.

Aunque las autoridades minimizan los relatos, los empleados lo admiten sin vergüenza: nadie quiere recorrer los pasillos solo cuando cae la noche.

Escuela Normal Sarmiento: figuras en los pasillos y las almas del terremoto del ’44

Una foto casual tomada durante un paro nacional destapó viejas historias. En la imagen, ampliada, se ven claramente dos figuras: la de un adulto y la de un niño con guardapolvo. Ese día la escuela estaba vacía; solo había directivos y porteros. No había forma de que un alumno estuviera ahí.

Las porteras recuerdan relatos de policías que, en las rondas nocturnas, escuchaban a un niño llorar en el patio. Cuando salían a buscarlo, no había nadie. Las versiones se vinculan al terremoto de 1944, que destruyó parte del establecimiento y dejó víctimas en sus edificios. Desde entonces, algunos dicen escuchar risas, conversaciones y pasos en pasillos completamente deshabitados.

La escuela también carga con la historia del niño Juan Antonio, quien falleció en el terremoto pero “volvió” a entregar una prueba escolar años después. La maestra encontró un examen firmado con su nombre y calificó el trabajo, que luego desapareció sin dejar rastro. Cada vez que había evaluaciones, el ambiente se volvía extraño, como si el alumno quisiera seguir presentándose.

La historia de María Luisa, una estudiante de 14 años que soñaba con ser docente, también se repite entre generaciones. Los relatos aseguran que se la veía entrando al colegio o sentada en las escaleras. Pero cada vez que alguien intentaba acercarse, la figura se desvanecía.

Hospital Rawson y Marcial Quiroga: la enfermera que sigue atendiendo

Un enfermero sanjuanino, conocido en redes como @Sanjuanurse, contó las historias más escalofriantes vividas en los hospitales Rawson y Marcial Quiroga. El relato más fuerte es el de “La Pulcra”, una enfermera que habría fallecido hace 25 años, pero que —según pacientes y personal— sigue apareciendo en las guardias nocturnas.

Muchos aseguran que, mientras esperan turnos de madrugada, sienten que alguien se sienta a su lado: una mujer con cofia, barbijo y guardapolvo blanco. Pregunta cosas, ajusta sondas y luego se esfuma. Al día siguiente, el personal confirma que nadie con esas características estaba de servicio.

El testimonio más reciente es el de Hugo, un paciente de 68 años que contó que una enfermera se acercó a acomodarle una sonda y hablarle con total naturalidad. Al comentarlo después, los médicos no se sorprendieron. “Te apareció la enfermera sonriéndose”, le dijeron. Al parecer, el fenómeno es tan común que ya forma parte del folclore hospitalario.

Las noches de guardia están plagadas de sonidos inexplicables, sombras que cruzan los pasillos y puertas que se mueven solas. Para quienes trabajan allí, “las historias de hospitales son como muy comunes”, pero no por eso dejan de helar la sangre.

Legislatura Provincial: la novia de los ’50 que bajaba la escalera

La Legislatura también tiene su propio fantasma. Según los policías que hacían guardias en los años ’80, una novia con un enorme vestido blanco descendía la escalera principal durante la madrugada. La imagen, casi transparente, los dejaba paralizados.

La historia se remonta a la época en que el edificio funcionaba como hotel. Un femicidio brutal habría ocurrido allí: el novio asesinó a su esposa en la noche de bodas. Desde entonces, dicen, la joven vaga por el edificio en busca de algo que nunca logró completar.

Aunque los trabajadores actuales aseguran que ya no aparece, sí reconocen que los ascensores que dan a Las Heras se mueven solos, sin que nadie los active. Técnicamente podría tener explicación, pero para muchos sigue siendo un recordatorio de que ese lugar guarda historias que no se borran.

Varios empleados admiten que en ciertas zonas prefieren no quedarse solos. En este caso, como en tantos otros, la frase sanjuanina resuena con fuerza: creer o reventar.

Video

Embed - Sombras, voces y apariciones: el lado oculto de los edificios más conocidos de San Juan

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

LO QUE SE LEE AHORA
asombro por los gigantes que circularon por las rutas de san juan: los impresionantes videos

Las Más Leídas

Momento de tensión en la Terminal de Ómnibus de San Juan por un conductor que se enojó en la playa de estacionamiento.
Atrapan a la joven que le dio puntazos por la espalda a otra en Rawson: llevaba más de 20 días prófuga
Liliana Loyola durante su paso por Flagrancia.
ANSES sigue cumpliendo con distintas prestaciones de manera mensual.
Quién es el empleado infiel que cayó por sacar dinero de una caja fuerte y su particular historia verdinegra

Te Puede Interesar