Hace casi un mes, en las redes sociales comenzó a viralizarse una cruda denuncia: una sanjuanina acusó a una clínica veterinaria de la provincia de mala praxis, ya que, según su testimonio, su mascota de raza dogo falleció luego de una cesárea mal practicada. Horas más tarde, se viralizó un video en el que se ve cómo los dueños de la perra maltrataron a los médicos veterinarios y eso sembró la polémica, ¿hasta qué punto está "bien" reaccionar de esa manera? Ahora, desde el Colegio de Veterinarios de San Juan aseguran que estos casos de maltrato crecieron significativamente en el último tiempo y que, por esta situación, hay profesionales que piensan hasta dejar la atención al público.
María Inés Herrera, presidenta de la institución, indicó a Tiempo de San Juan que las agresiones tanto verbales como físicas con cada vez más frecuentes cuando, lamentablemente, los veterinarios no pueden curar al animal. "No somos Dios, a veces hay cosas que escapan de nuestras manos", manifestó la profesional.
Según dijo, los animales llegan cada vez en peor estado y con menos cuidados, por lo que casi siempre tienen que atenderlos en los últimos momentos de vida, cuando ya no hay mucho para hacer. De esta manera, los dueños no cumplen con los cánones mínimos de cuidado que necesita una mascota y ya cuando recurren a un profesional, es muy tarde.
"Traen a los animales que no comen hace 20 días o que tienen la enfermedad de la garrapata, porque viven en un campo y nunca los han desparasitado o les han puesto una pipeta, y después se enojan con uno cuando no puede salvarlo", planteó Herrera. "Traen a los animales que no comen hace 20 días o que tienen la enfermedad de la garrapata, porque viven en un campo y nunca los han desparasitado o les han puesto una pipeta, y después se enojan con uno cuando no puede salvarlo", planteó Herrera.
En este sentido, la médica veterinaria indicó que es esencial concientizar a los dueños de los animales para que cuiden a sus mascotas de la mejor manera posible, como poniéndoles vacunas y haciéndoles exámenes regulares. Si esto se realiza correctamente, se podrían evitar muchas muertes, como por ejemplo la de los perros que fallecen desangrados cuando se les practica una cirugía, debido a que tienen la enfermedad de la garrapata (que puede referirse a diferentes afecciones, como Lyme, Babesiosis y Ehrlichiosis).
La drástica decisión de algunos profesionales
Conforme dijo Herrera, son cada vez más los profesionales jóvenes que deciden no ejercer clínica por temor a que los maltraten. "Eso es lo peligroso, porque se acaba la humanidad, y ningún veterinario estudia para matar a un perro", cerró.
El caso de violencia en la veterinaria
El hecho ocurrido en una clínica veterinaria de Trinidad, Capital, derivó en denuncias cruzadas entre una familia y el personal del establecimiento, a raíz de la muerte de una perra durante una cirugía.
La dueña del animal llevó a su mascota para una intervención quirúrgica relacionada con la esterilización, luego de que esta diera a luz. La operación terminó con la muerte del animal, según relató la familia, por una supuesta falla durante el procedimiento. Afirmaron que no se informó a tiempo sobre la situación y que al retirar el cuerpo fueron víctimas de agresiones físicas por parte del personal de la clínica. También indicaron que, pese al fallecimiento, se les cobró una suma importante por la atención.
Desde la veterinaria dieron otra versión. Señalaron que el procedimiento se realizó con el consentimiento informado de la dueña, quien no habría aceptado realizar estudios previos. Indicaron que el animal sufrió un paro durante la operación y que se hicieron intentos para estabilizarlo. Aseguraron que fueron agredidos por los dueños de la mascota dentro del establecimiento y que el dinero cobrado fue devuelto.