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SUSCRIBITEPuede jugar en cualquier posición del campo artístico, pero ha encontrado en la producción su todo. En ‘Media Hora Entre Preguntas’ habló de proyectos, de realidades y hasta se miró al espejo generando un emocionante momento
Maru Pérez dijo presente en el ciclo Media Hora Entre Preguntas.
No se queda quieta nunca. Aun cuando se puede creer que le puso freno a su cuerpo, por dentro la cabeza le va a mil. Maru Pérez baila, actúa y muchas otras cosas más dentro del mundo artístico, pero por sobre todo disfruta de la producción, una función muy nombrada, pero tal vez un poco dejada de lado a la hora de los aplausos.
En una divertida entrevista en el ciclo ‘Media Hora Entre Preguntas’, la inquieta hacedora cultural habló del camino recorrido, de los proyectos que la llenan la mirada de ilusión y de muchas otras facetas con las que convive.
-¿Dentro del mundo artístico, cultural, dónde te sentís más cómoda?
-Me siento una trabajadora cultural íntegra. Mis primeros pasos los di desde muy chiquita en el ambiente de la danza y después fui recorriendo el ámbito teatral, que es donde estudié mucho tiempo. Soy docente de teatro, docente en flamenco y actualmente me desenvuelvo en el ambiente de la producción de las artes escénicas.
-¿Cómo ves tu presente y el presente del mundo artístico en San Juan?
-Actualmente estoy produciendo mucho y estoy muy contenta, y a la vez medio agobiada y buscando como cosas que me conecten a la tierra. Desde el año pasado he podido conocer distintos grupos teatrales independientes, pude trabajar en distintas áreas dentro de la producción como el stand up, la música, las artes visuales, el teatro sobre todo y la danza. La verdad que siento que en San Juan, hoy por hoy, se está valorando muchísimo el rol del productor o productora, que es algo bastante complejo y además un poco invisible.
-¿Qué hace el productor? Antes al productor se lo conocía como el que ponía la tutuca, hablando mal y pronto.
-Eso es medio cliché porque en realidad no pone la plata, pone el pensamiento, pone su vida. El productor es un pilar fundamental que los grupos tienen. El productor tiene que estar al servicio para las necesidades de cada uno de los proyectos. Hoy en día estoy trabajando, gracias a Dios, con muchos grupos y buscando distintas facetas de cada uno.
-¿Hay algún lugar para estudiar para productor/a?
-No, no hay una escuela de productores. Sí soy parte de la Asociación de Productores de Artes Escénicas (A.P.A.E.), que es una asociación que ya tiene bastantes años. Se fundó en la Ciudad de Buenos Aires y el presidente es Gustavo Schreider, quien es como el padre de la producción y se lo agradecemos porque ha hecho libros. Él da talleres en el CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral). Lo recomiendo absolutamente. Yo comencé básicamente la producción desde el último año de profesorado de teatro en el Instituto Pavlova y ahí me explotó la cabeza. A partir de ahí siento que soy capaz de hacer cualquier cosa que se ponga en mi camino. Y al mismo tiempo ‘esto es impresionante’ porque nuclea absolutamente todo. Lo técnico, lo actoral, lo público, la comunicación. Me parece preciosa la producción. Una de las premisas que tenemos en la producción es hacer que las cosas sucedan.