La realidad de la pediatría en San Juan y los motivos por los que hay cada vez menos profesionales
La falta de profesionales en la especialización es un fenómeno nacional que también impacta en la provincia. Por qué los médicos no se inclina pediatría y la realidad de los profesionales.
Hay un problema en el terreno médico que, en caso de profundizarse, podría generar consecuencias graves para el sistema de salud de todo el país, y es la falta de pediatras. Así lo señaló tiempo atrás la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) al asegurar que se encuentran ante una “crisis sostenida y creciente”. En sintonía se expresó la doctora Teresita Herrera, quien es la presidenta de la Sociedad de Pediatría San Juan, quien brindó un panorama sobre la realidad actual de la profesión y los factores que llevan a que los jóvenes médicos no se inclinen por la especialidad.
Actualmente la Sociedad de Pediatría San Juan tiene bajo su órbita a 300 socios, aunque la doctora Herrera aclaró que no todos los pediatras son socios, y no todos los socios son pediatras, pero es un aproximado al número de profesionales que hay en la provincia. Teniendo en cuenta que el pediatra se aboca a la atención de la salud de niños, niñas y adolescentes hasta los 18 años y que, según los datos del último censo (2022) en San Juan hay 245,570 habitantes menores de edad, un universo de 300 profesionales resulta bastante poco para cubrir la demanda real.
“La pediatría sigue siendo una especialidad crítica, no solo en la provincia sino en el país por la escasez de pediatras. Somos una especialidad que básicamente se dedica a la atención clínica y no existen métodos o prácticas complementarias, toda nuestra labor se concentra en el manejo clínico”, destacó la profesional, indicando que es una situación que afecta en el mismo nivel a la salud privada como pública.
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¿Por qué hay menos profesionales interesados en ser pediatras?
La doctora Herrera menciona algunos factores que analizan como los motivos detrás de la baja de profesionales haciendo las residencias en pediatría.
Sobrecarga de trabajo: Al haber menos profesionales para cubrir la demanda, hay casos de profesionales que deben tomar más de un trabajo tanto la parte pública como privada para, por un lado, poder cubrir la demanda, y por el otro llegar a un honorario razonable.
Remuneraciones en jaque: Desde el punto de vista de los honorarios, los sueldos no acompañan a la demanda laboral y la situación económica actual. Las obras sociales no actualizan los valores de cobertura y el costo lo terminan pagando los profesionales. Además, en este punto en particular la doctora Herrera señala que las guardias de fines de semana o de feriados no suelen tener un pago diferencial, sino que se abonan como un turno normal, motivo por el cual los médicos deciden no aceptar las guardias, afectando la atención en importantes centros de alta demanda, como el Hospital Rawson, por citar un ejemplo.
Vivir mejor por sobre la vocación: Al conocer las nuevas generaciones las condiciones en las que se encuentra la especialidad, cada vez menos jóvenes se inclinan por la pediatría, pese a tener vocación. En este punto en particular, desde la SAP indicaron que es menor la cantidad de jóvenes postulados a las residencias de pediatría, neonatología y terapia intensiva pediátrica.
Cambio generacional: Sobre este aspecto, la doctora Herrera detalló: “Las nuevas generaciones no aceptan trabajar en las condiciones actuales, aceptando guardias que les afecta sus vidas familiares como laborales, con el agravante de no contar con un reconocimiento extra, lo cual no está mal, ya que la prioridad para poder atender bien es estar reconocido a todo nivel, no solo económica”.
La falta de pediatras tanto en San Juan como en el país comenzará a ser un problema si se sostiene en el tiempo, por eso es algo que ven con preocupación los profesionales en todo el país.
Ante esto, desde la SAP insisten en fomentar la elección temprana de la pediatría mediante estrategias integradas entre universidades, hospitales y organismos gubernamentales. Además, jerarquizar el sistema de residencias pediátricas, garantizando condiciones laborales dignas y marcos formativos de calidad.
También apuntan a reconocer y valorizar económica y socialmente la pediatría y sus especialidades, a través de políticas salariales justas y un reconocimiento institucional acorde a su rol esencial en la salud infantil.
Como último punto destacan escuchar activamente a los residentes y médicos en formación, reconociendo su rol clave en la construcción de un sistema pediátrico moderno, humano y eficiente.
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El rol del pediatra dentro del sistema de salud es más que vital, ya que es quien es la persona responsable de la salud infantil y el correcto desarrollo del niño, niña y adolescente, hasta llegar a la edad adulta. La falta de especialistas en la materia se puede suplir en algunos sitios con médicos de clínica general o de familia, pero eso no debería pasar, ya que en ese caso se traslada la carga a otro profesional y la presión sobre el sistema comienza a sentirse en la calidad de atención como la disponibilidad.
“La pediatría se elige del corazón, no desde el bolsillo. Quien tiene una inclinación a atender niños lo sabe desde que ingresa a la facultad. Es cierto que es un trabajo y hay que poder vivir dignamente de eso. Muchos chicos que ingresan a la facultad y tienen vocación por la pediatría lo dudan al momento de definir una especialidad, ya que terminan buscando una que les permita vivir dignamente y eso es lo que tenemos que revertir”, reflexionó la doctora Herrera.