La Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa se completó bajo total normalidad, aunque a alta de 5 km de llegar a Vallecito se vio abordada por una tormenta que nadie, o prácticamente nadie, vio venir.
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SUSCRIBITELa Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa se completó bajo total normalidad, aunque a alta de 5 km de llegar a Vallecito se vio abordada por una tormenta que nadie, o prácticamente nadie, vio venir.
Ya con el gobernador Uñac y otras autoridades formando parte de la columna, el cielo se cerró y el sonido del paso de los caballos quedó relegado a un segundo lugar por el de la cortina de agua que se desató.
La mayoría de los jinetes prosiguió su andar agradeciendo en cierta manera el fresco de la lluvia, pero otros, tal vez los más precavidos, empezaron a sacar prendas para evitar mojarse.
Como si hubiese estado guionado, la lluvia fue protagonista desde Caputo y hasta el momento exacto en el que la tropa de devotos entró a la calle principal del pareja en el que espera la Difunta Correa.
Algunos asados salieron un poco más jugosos de la cuenta por las prisas y por el agua, pero la inesperada visita no opacó el ingenio y las ganas de los presentes de disfrutar de este día de pura tradición.
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