Esta semana, se vivirá una jornada especial en la Casa Natal de Sarmiento dedicada a niños de entre 8 a 12 años. Se trata del desarrollo de un taller en el cual los chicos podrán crear lamparitas con cáscaras de naranja, inspiradas en una carta que Sarmiento escribió sobre esas particulares velitas que conoció durante su estadía en Paraguay. Al mismo tiempo, podrán divertirse con juegos, crucigramas y un espacio para colorear.
La historia que da pie a la actividad se remite a 1888, durante los últimos días de vida del prócer. Todo comenzó después de que Domingo Faustino Sarmiento partiera definitivamente de Argentina para mudarse a Paraguay. Tal fue la impresión que Sarmiento causó en el país vecino, que gracias a una suscripción popular se recaudaron tres mil pesos con los que se compró un terreno lindante al hotel en que se había quedado inicialmente.
Allí levantó una casa isotérmica importada, proyecto que lo tenía por demás entusiasmado. Cuando algunos lo miraban con recelo por haber sido el presidente en los dos últimos años de la guerra de la Triple Alianza, se mostró colaborativo y agradecido. No sólo se ocupaba de todos los detalles de la que sería su nueva casa, sino que colaboró con las autoridades en el diseño de la ley de Educación Común de ese país, pensó cómo reorganizar la biblioteca nacional y el museo, elaboró un proyecto para la jubilación de maestros y diseñó reglamentos escolares y planes de estudio. Hasta fue el responsable de que Paraguay contratase a maestras norteamericanas, como fue el caso de Sara Reed. Y como no podía con su genio, fue el que introdujo el eucaliptus y el mimbre en ese país.
Fue en ese contexto que, le escribió una carta a Aurelia Vélez, su gran amor, la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield. En ella, le pidió que fuera a visitarlo, ya que estaba organizando una fiesta para inaugurar su casa y en ella habló de las “lamparitas de naranja”: “Venga al Paraguay y juntemos nuestros desencantos para ver sonriendo pasar la vida”, le escribió.
Aurelia, de 51 años, respondió de modo positivo y llegó en agosto a la casa del prócer. El expresidente organizó entonces la fiesta de inauguración de su casa. Se había ocupado de todos los detalles que incluyeron fuegos artificiales y luces de bengalas. Además, hizo decorar el lugar con aquellas cáscaras de naranja que, ahuecadas, se las rellenaba con sebo para luego encenderlas.
Ahora, recordando ese momento especial, en la antigua casona que lo cobijó desde niño, se vive esta actividad distinta, que permite descubrir la historia del Maestro de América a través del juego, la imaginación y la creatividad.
“Se trata de un taller pensado para disfrutar, aprender y llevarse a casa un recuerdo muy especial”, aseguraron desde la Casa Natal, desde donde indicaron que el taller se desarrollará este sábado 18 de agosto, a las 10:30. La actividad es arancelada y los cupos son limitados. Las consultas e inscripciones se realizan a través del número 2645608476.