En medio del encantador paisaje montañoso, las imágenes difundidas en las últimas horas muestran una escena que marca un hito. Geólogos, voluntarios y ambientalistas equipados con máquinas de arenado, cepillos y geles decapantes trabajan sobre las rocas de la Quebrada de Zonda, borrando lentamente los grafitis que durante años mancharon su superficie. La tarea forma parte de la campaña “Naturaleza sin tinta”, impulsada por el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte local junto a organizaciones ambientales de San Juan y Mendoza.
El operativo comenzó este lunes 13 y se extendió durante el martes 14 de octubre, como primera etapa de un plan 2025-2026 para restaurar la formación geológica Laja, en el corazón del Parque Quebrada de Zonda. La iniciativa nació del esfuerzo conjunto de las ONG sanjuaninas Verdesierto y Club de Observadores de Aves, con apoyo de la Fundación Pro-Montaña de Mendoza, cuyos integrantes viajaron especialmente para aplicar una técnica de hidroarenado y remoción de aerosoles sobre las rocas.
Las tareas se concentraron en el tramo de la Ruta 12 comprendido entre el Jardín de los Poetas y los Jardines de la Hostería. Por ese motivo, las autoridades solicitaron a la comunidad circular con precaución y, sobre todo, respetar las zonas delimitadas de trabajo.
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“Estamos haciendo una labor histórica”, expresó la licenciada Sofía Lis Llopiz, de Verdesierto Senderismo Geológico, en uno de los videos que circularon este martes. “Estamos limpiando los aerosoles de nuestras amadas montañas, que tienen que lucir naturales y hermosas como la naturaleza las hizo. Es una tarea sin precedentes, con participación de la comunidad, el Estado y una fundación que vino especialmente desde Mendoza”.
Llopiz explicó que la restauración involucra un proceso técnico cuidadoso, con geles y arena especial preparados por voluntarios sanjuaninos. Además, remarcó la importancia científica de las rocas intervenidas: “No son simples piedras. Son las más antiguas de la Precordillera, donde se encontraron los primeros fósiles del Cámbrico descritos por los primeros geólogos argentinos, en tiempos de Sarmiento”.
Por su parte, Claudio Mellimaci, presidente de la Fundación Pro-Montaña -reconocido por coordinar tareas similares en el Dique Potrerillos de Mendoza-, fue contundente: “Esto marca un punto de inflexión. De ahora en más, no se pinta más. Pintar la montaña es un delito ambiental. Si ves a alguien vandalizando, filmalo, denunciá. Todos tenemos un celular y la obligación de cuidar lo nuestro”.
El referente mendocino anticipó que este operativo fue apenas la primera de tres etapas: “Estos días hicimos la limpieza con hidroarenado y gel decapante. En abril del año que viene volveremos para una segunda intervención, más manual, caminando roca por roca”.
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Desde el Club de Observadores de Aves, Luciano Poblete destacó el carácter colectivo del proyecto: “Empezó gestionando y hablando con la gente de Pro-Montaña junto con Sofía, y ya estamos acá con voluntarios. Espero que esto dure en el tiempo y que toda la gente que llegue al Parque pueda disfrutarlo más lindo y cuidado”.
El trabajo en la Quebrada de Zonda no solo busca borrar las huellas del vandalismo, sino también recuperar el valor patrimonial y educativo del paisaje precordillerano, una de las joyas naturales más visitadas de la provincia.