En medio del boom de la minería en San Juan y de la polémica en torno a la Ley de Glaciares, que se despertó luego de que desde el Gobierno nacional anunciaran la idea de reglamentar la legislación para atraer mayor claridad al asunto, desde el Ministerio de Minería provincial informaron que menos de la mitad de los 5.530 cuerpos glaciares y periglaciares registrados en el inventario aportan efectivamente al ciclo hídrico.
El relevamiento oficial distingue entre dos grandes grupos de geoformas: el glacial y el periglacial. El primero corresponde a masas de hielo —agua en estado sólido— cuya composición se ha visto modificada en los últimos años por la sequía y el cambio climático. El segundo grupo corresponde a crioformas con presencia de hielo, como los derrumbes en los que se ha infiltrado agua, aunque no todas las geoformas periglaciares contienen este recurso.
Desde la cartera minera advirtieron que “no toda forma de relieve aporta agua” y que, en consecuencia, no todos los cuerpos registrados en el inventario tienen incidencia directa en el caudal hídrico provincial.
Estudios recientes en San Juan
La provincia cuenta con estudios de nivel tres en dos glaciares de escombro. Uno de los casos más relevantes es el Glaciar El Pachón, donde en 2022 se determinó que no presenta movimiento, lo que indica que está perdiendo hielo. Las muestras tomadas allí revelaron que el hielo tiene alrededor de 4.300 años de antigüedad, por lo que ya no contribuye a la cuenca hídrica.
Inventario y metodologías
El inventario provincial de glaciares no presenta grandes diferencias con el nacional, aunque San Juan registra algunos cuerpos adicionales debido al uso de escalas más pequeñas en los estudios.
La investigación se estructura en tres niveles:
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Relevamiento general: determina cantidad, ubicación y superficie de los glaciares, con actualizaciones cada cinco años.
Dinámica reciente: analiza las variaciones en tamaño y desplazamiento mediante modelos matemáticos.
Parámetros físicos: estudia en detalle el volumen de agua, la topografía subyacente, el aporte a la escorrentía y la respuesta frente a escenarios climáticos actuales y futuros.
Actualmente, este tercer nivel de análisis se aplica a ocho cuerpos glaciarios y periglaciares en la provincia, lo que permite actualizar de manera continua la información sobre su estado y su impacto en el sistema hídrico.