En San Juan la crisis económica disparó la oferta de trabajo sexual pero los clientes son menos y piden promos
La coordinadora de AMMAR San Juan, Mariana Castro, aseguró que la precaria situación económica forzó a más mujeres, incluyendo estudiantes y madres, a ejercer el trabajo sexual. Los desafíos de una actividad tabú.
Trabajadoras sexuales en el centro de San Juan (Imagen archivo Tiempo de San Juan).
Mariana Castro, coordinadora de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) San Juan, confirmó que la coyuntura económica provincial provocó un aumento significativo en la cantidad de personas que ejercen el trabajo sexual. Sin embargo, esta suba en la oferta no es acompañada por la clientela; de hecho, la demanda ha disminuido.
La necesidad económica es el motor principal detrás del incremento en la oferta de trabajadoras. Castro habló en Canal 13 San Juan de cómo impacta la urgencia financiera: “Ha aumentado la cantidad de personas que están ejerciendo trabajo sexual. Y ha disminuido la demanda. De hecho, la clientela a las chicas les pide una promo, porque a veces llegan hasta la mitad (de una tarifa) y a veces por no perder el mango, hablando mal, lo aceptan las chicas”.
La coordinadora explicó que el ingreso al sector no solo se da por vocación, sino por la imposibilidad de cubrir los gastos básicos con otros trabajos o ingresos: “Hay muchas chicas con las que yo he tenido la oportunidad de hablar, nuevas, ¿no?. Están estudiando una carrera y hacen este trabajo para poder pagar la cuota de la universidad. Hay otras chicas que trabajan en el sector comercio y tienen hijos y no llegan a fin de mes con el tema del alquiler. El papá no pasa la cuota correspondiente, entonces deciden ejercer el trabajo (sexual) para poder llegar a (fin de mes)”.
La visibilización en San Juan
Castro tomó el legado de Mónica Lencina, una luchadora pionera en la provincia que falleció hace justamente un año. Lencina abrió muchos espacios de visibilización y sostuvo durante años la línea de lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales.
Desde AMMAR, las coordinadoras mantienen el enfoque en la organización, aunque muchas mujeres no están sindicalizadas por un tema de vergüenza o el temor a lo que pueda pensar su familia. Aún así, la organización intenta acompañarlas por privado y agregarlas a grupos de seguridad.
A pesar de la existencia de la actividad y la necesidad de regularización o diálogo, AMMAR enfrenta dificultades para contactar a las autoridades provinciales. Castro aseguró que hay un profundo "tabú" gubernamental respecto a su actividad: “Antes de que se fuese Moni ya estaba un poco complicada la situación con el Estado provincial. Cuesta un poquito llegar, y más cuando sos la secretaria provincial de las trabajadoras sexuales de un sindicato donde somos todas trabajadoras. Es como que le tienen un poco de tabú. Este gobierno tiene tabú con el trabajo sexual, que es algo que ha existido toda la vida”.
Además, la dirigente expresó que “Está ocurriendo que la Policía ha vuelto a levantar a las compañeras de la zona de trabajo. Entonces tenemos que hablar eso. Hemos intentado, hemos presentado notas para poder hablar con Seguridad, pero no tenemos respuesta. Para el Estado nosotras no existimos y somos las que pagamos los impuestos y generamos bastante dinero y también tenemos derechos como cualquier otro trabajador, pero no nos están prestando atención. O sea, hay cierto desamparo, hay cierta negación”.
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Acceso a la salud
Una de las áreas donde AMMAR ha logrado mantener cierta presencia es en el ámbito sanitario, aunque con dificultades. La organización ha vuelto a recibir preservativos masculinos y femeninos gracias a conversaciones con el programa de VIH y el Ministerio de Salud.
“Estamos recibiendo también preservativos femeninos. A principios de año, estuvimos hablando con gente del programa de VIH que nos pidió que le presentáramos una nota formal para poder seguir recibiendo preservativos y hacer las recorridas correspondientes en la zona de trabajo”, sostuvo.
Las trabajadoras sexuales acceden al Consultorio de la Diversidad del Hospital Rawson para realizarse los testeos correspondientes, necesarios para protegerse y cuidar a los clientes. “Las compañeras también van a hacerse atender, nos hacemos los testeos correspondientes. Porque al trabajar tenés que cuidarte y hacerte testeos para cuidar a la persona que está”.
Sin embargo, el ámbito de Salud también enfrenta problemas de desfinanciamiento en áreas específicas, afectando particularmente a la comunidad trans, dijo. “Existe más información, pero hay desfinanciamiento para las operaciones para las chicas trans, para que puedan acceder a la mastectomía, y los varones trans. Estaba un poco complicado. Tengo entendido que el Hospital Rawson iba a financiar unas operaciones que tenían ahora para chicas trans y el Estado no estaba entregando lo que son los implantes”.
Autocuidado
Las trabajadoras vienen fortaleciendo sus redes internas para evitar situaciones raras, robos o violencia. Utilizan medios actuales de comunicación, como los grupos de WhatsApp, para acompañarse y dar alertas.
“Nosotras ahora, por ejemplo, tenemos grupos de WhatsApp donde nos acompañamos entre nosotras, com alertas. Hay chicas que trabajan en departamento privado. Entonces, tenemos ese grupo donde dicen, 3 de la mañana va a venir un cliente en auto. Por las dudas, para que estemos atentas a cualquier situación porque muchas veces el otro día hubo una noticia donde violentaron a una chica trans para robarle y ella estaba en un departamento privado”.
Estos grupos, explicó Castro, son vitales para resguardar a las compañeras, sean o no parte del sindicato, funcionando como cualquier otra organización de trabajo enfocada en el beneficio de la seguridad de sus adherentes.